Por Alfredo Silletta. Desde el entorno de la ex presidenta se estaba organizando el retorno de Cristina para antes del 9 de julio, día que se celebra el Bicentenario de la Independencia. Algunos habían planteado un gran acto –entre ellos Luis D’Elia que convocó a un acto en la 9 de Julio- pero la detención del ex secretario de Obras Públicas, José López, con casi 9 millones de dólares en su auto, cambiaría los planes del acto, pero no del regreso a Capital Federal.
La idea de la ex presidenta es instalarse en Capital Federal, retomar las actividades en el Instituto Patria y quizás dar algún reportaje periodístico. La razón por la cual no hay fecha exacta del retorno es la discusión en Comodoro Py donde el juez Claudio Bonadío quiere que Cristina vuelva a Tribunales para ser notificada en el juzgado sobre su procesamiento y embargo, cuando según los abogados de Cristina, es un trámite de menos de un minuto que se puede hacer en Río Gallegos, como se haría con cualquier individuo, de allí que se interpuso un recurso de reposición pidiendo que se la notifique en Santa Cruz. Mientras se resuelve el tema, la ex presidenta continuará en el sur.
Lo de López preocupa, más desde lo político que desde lo legal. Se sabe que el funcionario corrupto recibió millones de dólares en vueltos y coimas, de parte de los contratistas y, si hubo coima, es porque hubo un empresario que la dio. Y los contratistas ya sabemos que son Austral, de Lázaro Báez, IECSA, del primo del presidente Mauricio Macri, Ángelo Calcaterra, Techint, de Paolo Roca, Electroingeniería, de Osvaldo Acosta, Corporación América, de Eduardo Eurnekian, Grupo Roggio, de Aldo y Benito Roggio, entre otros. De allí que desde Cambiemos, que en un principio estaban eufóricos pensando que con esta noticia la gente se olvidaría de los aumentos de tarifas y alimentos, hay preocupación porque saben que si López habla caerán los amigos del presidente y las corporaciones.
Desde el kirchnerismo, la preocupación es política, por lo que todo el arco del FpV salió a repudiar a López: desde La Cámpora, el Movimiento Evita, los intendentes del conurbano y los legisladores nacionales y provinciales.
Como dice el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Lerena, la corrupción es un cáncer que corroe la sociedad desde hace 100 años en América Latina y los ejemplos más importante se dan en los gobiernos neoliberales, los delincuentes de cuello blanco con doble apellido en lo posible. “Es importante que, así como damos ejemplo de restituir a la república los recursos públicos, los bienes públicos, como bienes de todos, en lo personal, en lo individual, cada compañero, presidente, vicepresidente, ministros, directores, parlamentarios, gerentes, en nuestro comportamiento diario, en nuestra forma de ser, nunca abandonemos la humildad, la sencillez, la austeridad y la transparencia”, dice García Lerena.
Y la razón es obvia, la corrupción erosiona mucho más a los gobiernos populares y le da argumentos a las empresas multinacionales y a los CEO’s que hacen negocios con el país.
La presidenta retornará nuevamente a Buenos Aires y lo hará más pronto de lo que se espera. Los que la quieren meter presa o sacar de la actividad política tendrán que esperar.