Por Alfredo Silletta. “¿Donde están los cráneos de la Rosada que nos dijeron hace seis meses que el peronismo bonaerense desaparecía en mil pedazos? Ayer, por la reunión de Ituzaingó, estaban todos, los más k, los menos, los más peronistas, todos”, le dice un diputado de Cambiemos a un ministro del gobierno de María Eugenia Vidal.
Más allá, de las operetas de los medios concentrados de comunicación sobre divisiones en el peronismo, más allá del golpe que significaron los bolsos de José López en el convento, más allá que se intente hacer creer que los doce años de Néstor y Cristina sólo fue una maquinaria para robar, la realidad de estos seis meses demuestra otra cosa. La brutal devaluación, el aumento de los precios en los alimentos, en el transporte público y el tarifazo de luz, gas y agua ha puesto en alerta a toda la sociedad, no solo los más humildes, sino vastos sectores de clase media que votaron por Mauricio Macri y que hoy reciben boletas como 2000, 3000 o 5000 pesos de gas.
“La unidad no se va a dar en los bloques de diputados o senadores, en el PJ o con los gobernadores, la unidad del peronismo se dará en la calle cuando la gente diga basta, ahí tenemos que estar”, dice un intendente del conurbano profundo.
Hoy, entre los 55 intendentes del peronismo bonaerense se pueden encontrar varios grupos y subgrupos. Por un lado, intendentes más cercanos a la ex presidenta Cristina Kirchner, como Jorge Ferraresi (Avellaneda), Patricio Mussi (Berazategui), Mario Secco (Ensenada), Francisco “Paco” Durañona (San Antonio de Areco), Walter Festa (Moreno) y Hernán Ralinqueo (25 de Mayo).
Un segundo grupo es el llamado G-12 o dialoguistas donde se destacan Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Gabriel Katopodis (San Martín), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Fernando Gray (Esteban Echeverría), Juan Zabaleta (Hurlingham), Eduardo Bucca (Bolívar) y Juan Pablo de Jesús (Partido de la Costa), entre otros.
Cercanos con este grupo, pero con vuelo propio está Gustavo Menéndez (Merlo), que reagrupa intendentes, no sólo de la provincia sino de todo el país, con la Encíclica Laduato Si del Papa Francisco sobre Medio Ambiente y Narcotráfico en lo que se conoció como el Pacto de San Antonio de Padua.
Cercano a este grupo también está el joven intendente Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), que hoy es además vicepresidente y responsable de la juventud en el PJ Nacional y que mantiene buena relación con Fernando Espinoza, presidente del PJ bonaerense.
Otro grupo lo integran intendentes veteranos con mucha experiencia donde se destacan Julio Pereyra (Florencio Varela) y Alberto Descalzo (Ituzaingó). Los jefes comunales los escuchan con atención.
Un cuarto grupo es el comandado por la intendente Verónica Magario (La Matanza), un distrito de 2 millones de habitantes, y Fernando Espinoza que hoy preside el partido Justicialista.
En las últimas reuniones los intendentes que tienen peso territorial han decidido que no se hable de internas ni candidatos. “Hay que llegar unidos al verano y ahí se verá quien mide mejor”, dicen. Reconocen que hay diferencias entre ellos y lo toman con tranquilidad. Un sector lo quiere al ex ministro de Transporte, Florencio Randazzo, pero por ahora no hay novedades que el flaco quiera jugar. En los últimos días se reunió con la dirigencia del Movimiento Evita pero pidió tiempo. Quiere esperar como evolución los carpetazos del gobierno de Macri sobre su persona y comentan que sigue con bronca frente a lo que llama “traición” de Cristina y Zannini.
A Daniel Scioli por ahora se lo ve en silencio. Como adelantó este portal hace tiempo, el ex gobernador ha dicho que si hay unidad será candidato, sino dará un paso al costado. Scioli tiene un eje fuerte con Espinoza y Magario, la dupla de La Matanza.
De los intendentes no hay que descartar a Martín Insaurralde, que si se lo piden jugaría la carta de primer senador en las elecciones de 2017. No está en sus planes pero el operativo clamor siempre es atractivo.
Los más cristinistas dicen que no la descarten a la jefa. “Si ella juega, quien le gana la interna, sigue midiendo y mucho en el conurbano”. Luego agregan: “Para ganarle hay que correrla por izquierda y no vemos a nadie con esa característica”, dice un intendente del interior.
Otros intendentes están esperando la unificación de la CGT el próximo 22 de agosto. Muchos creen que el movimiento obrero puede lanzar un plan de lucha que termine en un paro nacional, el primero contra Cambiemos. Habrá que ver.
Por último, algunos intendentes afirman que hay que dejarle la puerta abierta a Sergio Massa, por si quiere volver al peronismo y competir en la interna del próximo año.
El análisis final de los intendentes es que si el peronismo va unido tiene como base la primera vuelta del año pasado con el 38% sobre el 34% de Cambiemos y el 20% de Sergio Massa. Si se sigue deteriorando la situación económica y laboral, el piso del 38% se superará ampliamente y el peronismo volvería a ganar en las legislativas de 2017.
2 Comentarios
elFPV tiene en el peronismo su mayor apoyo pero no hay q descartar alos sectores mas nacionales de la izquierda. TOD@S UNID@S TRIUNFAMOS SI SE ROMPE ESTE ARMADO VA A SER MUY DIFICIL VOLVER Y MUCHO MENOS MANTENER LA LINEA DE CRISTINA. FUERZA A NO AFLOJAR
lo lamento no cambio ni una letra todo el texto es moderado y no hay ni un insulto