Por Alfredo Silletta. El gobierno de Mauricio Macri más los medios concentrados de comunicación intentan mostrar que el país pasa por el “Mini-Davos” y que lo demás no existe, negando el “verdurazo” en Plaza de Mayo como algo “fabricado” por la oposición transportando pobres en colectivos para recibir un paquete de rabanitos. Más allá de lo que dicen para afuera, en el gobierno están muy preocupados por la unidad del peronismo en la provincia de Buenos Aires y la alta intención de votos de Cristina en las encuestas. Saben que si el peronismo gana el próximo año en territorio bonaerense será muy difícil conseguir las famosas inversiones extranjeras.
Ayer, en Merlo, un grupo importante de intendentes decidieron que “el camino es la unidad con todos adentro”, sin negar lo logrado en los últimos doce años. Los jefes comunales prefieren que no los llamen Fénix “ya que sólo somos un grupo de intendentes que nos juntamos para hablar y generar puentes con todos los compañeros, dejando todo por unir el peronismo”, dice Leonardo Nardini y Ariel Sujarchuk agrega que “no negamos el acercamiento a nadie. No se tira a nadie por la ventana si se proscribe a ninguno”. El grupo está compuesto por Verónica Magario (La Matanza), Gustavo Menéndez (Merlo), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Ariel Sujarchuk (Escobar), Santiago Maggiotti (Navarro), Juani Ustarroz (Mercedes), Walter Festa (Moreno) Ricardo Curutchet (Marcos Paz), Francisco Echarren (Castelli), entre otros. Se sumaría en breve Patricio Mussi (Berazategui).
Los intendentes no lo dicen en público pero saben que hoy por hoy, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner es la dirigente que mejor mide. Hay encuestas donde promedia el 34% de intención de votos en toda la provincia y casi un 40 en el conurbano. En lugares como La Matanza su imagen es altísima, de allí que el gobierno de María Eugenia Vidal quiere dividir el territorio matancero, pero, aunque lo logre, no se podrá hacer realidad hasta el 2019 ya que Magario tiene mandato.
Cristina ayer estuve con los dirigentes gremiales de ATE Capital y la próxima semana realizará un acto con los estudiantes de la Universidad Nacional de La Plata. No se sabe si se presentará como candidata, pero tendrá un rol importante en la discusión del próximo año.
El ex candidato a presidente Daniel Scioli -no olvidarse que obtuvo el 49% de los votos- sigue midiendo muy bien en las encuestas, de allí que el gobierno lo ha comenzado a acosar como a la ex presidenta con causas judiciales por corrupción. El ex gobernador sigue con su agenda de recorrer ciudades para mantener el contacto cotidiano con la gente.
La situación de los intendentes de ayer en Merlo, la figura de Cristina y de Scioli, más la difícil situación económica que se vive en la Argentina, pero especialmente en el Gran Buenos Aires, achica los márgenes del llamado Grupo Esmeralda que comandan Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Gabriel Katopodis (San Martín), Juan Zabaleta (Hurlingham), Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Eduardo “Bali” Bucca (Bolívar). Este grupo que tenía como intención borrar por decreto al Kirchnerismo, a Scioli y a Fernando Espinoza y el PJ bonaerense, empieza a observar que la realidad es otra. Por estas horas buscan desesperadamente un referente y apuntan a Florencio Randazzo. El ex ministro está en silencio y no se sabe si jugara el próximo año. Dicen desde su círculo íntimo que le preocupa los famosos “carpetazos” del gobierno nacional. No hay que olvidarse que el ministerio de Transporte que el conducía firmó demasiados acuerdos comerciales para lograr los trenes cero kilómetros. Algunos de estos intendentes también sueñan, en caso que se caiga la figura de Randazzo, llegar a un acuerdo con Sergio Massa, pero el tigrense por ahora no se sabe si se presentará y prefiere cerrar un acuerdo con Margarita Stolbizer, una dirigente profundamente antiperonista.
El peronismo bonaerense sabe que las próximas elecciones legislativas son fundamentales. Si se mantienen las reglas que se observa hoy, tanto Cambiemos como el Frente Renovador discutirán el voto del centro a la derecha, dejando libre el espacio del centro a la izquierda, con lo cual el peronismo tiene todas las posibilidades de hacer una gran elección el próximo año.