El acuerdo entre el presidente Mauricio Macri y Elisa Carrió en los jardines de la Residencia de Olivos es simple: el presidente banca la candidatura de Lilita, más allá de la opinión de Vidal, y la legisladora judicializa a todos los dirigentes del peronismo bonaerense. “Para ganar necesitamos al peronismo dividido por lo cual hay que judicializar a los principales referentes y, en lo posible, meter preso a alguno”, dicen desde la Casa Rosada. Primero fue Cristina, después Scioli y ahora los intendentes.
Carrió volvió al ruedo contra Cristina Kirchner con una denuncia de 2008 sobre “corrupción en la obra pública”. El fiscal Guillermo Marijuan retomó aquella denuncia y le pidió al juez Sebastián Casanello que indague a Cristina como responsable de un “plan sistemático” para robarle al Estado. La ex presidenta ya dijo que le pueden hacer mil causas pero que no le impedirán continuar haciendo política. Ayer estuvo en La Plata con jóvenes universitarios, la semana pasada con trabajadores de ATE y ha tenido reuniones con intendentes y concejales en los últimos días.
El segundo objetivo de Carrió es el ex gobernador Daniel Scioli. Primero denunciaron que era dueño de campos en Tandil y luego que retiró unos 20.000 millones de la Tesorería de la Provincia. Ambas causas ya fueron desestimadas.
En las próximas horas, Carrió volverá a la carga contra Scioli. Realizará una denuncia por presuntas maniobras delictivas del ex titular de Loterías y Casinos Bonaerense, Luis “Chiche” Peluso, en la que pedirá que investiguen operaciones ilegales a través de agencias y bingos y el posible desvío de fondos para financiar campañas políticas y acrecentar el patrimonio de funcionarios. Carrió lo llama a Peluso “el recaudador de Scioli”.
Hoy por hoy, en todas las encuestas la fórmula Cristina- Scioli gana ampliamente en el conurbano y hace una buena elección en el resto de la provincia. La unidad de los intendentes es clave para ese triunfo.
La idea del gobierno, a través de la dirigente de la Coalición Cívica, es continuar con los intendentes. Para ello tiene un aliado en Luis Armella, el juez Federal del Tribunal Nº1 de Quilmes, más conocido como el “Bonadío bonaerense” que va por varios intendentes. Hace quince días, en un megaoperativo, allanó con la gendarmería la municipalidad de Berazategui, dejando encerrados por horas a sus empleados, buscaba carpetas sobre el manejo de fondos del Programa Argentina Trabaja.
La semana que pasó, el mismo juez Armella, el hombre palanqueado por Jesús Cariglino, allanó el municipio de Florencio Varela a partir de una denuncia de Carrió por desvió y malversación de fondos públicos, enriquecimiento ilícito, defraudación fiscal y evasión.
Estos ataques judiciales se suman al maltrato que tanto Macri como Vidal, le dan a los intendentes comprometidos con la ex presidenta. Fueron a inaugurar un nuevo centro de distribución de una droguería en Avellaneda y no invitaron al intendente Jorge Ferraresi. Luego intentaron hacer lo mismo con la intendenta Verónica Magario, pero la jefa comunal los amenazó con un acto paralelo, por lo cual tuvieron que invitarla, pero no la dejaron subir al escenario. Al intendente Mario Secco de Ensenada no le querían aceptar la compra de diez patrulleros, pero la presión de legisladores provinciales y nacionales hizo recular al ministro de Seguridad, Cristian Ritondo.
Si Florencio Randazzo vuelve al ruedo ya hay carpetas por todas las obras que firmó en la renovación de los trenes desde 2012 a 2015. Y hasta hay carpetas para Massa si decide ir con Margarita Stolbizer y les complique el voto de centro derecha. Carrió se ha cansado de decir que hay demasiado “narco” en Nordelta.
Después de diciembre pasado, algunos intendentes -que cada día son menos- creyeron que los ataque de Cambiemos irían sólo hacia la ex presidenta y algún ministro. Se equivocaron: “no hay buenos modales” para los CEOs del gobierno nacional y provincial. Hoy ya saben que van por todos, de allí que el peronismo cada día hará más oposición. No hay término medio cuando un gobierno vuelve al FMI, dolariza las tarifas, quiebra las Pymes por la apertura de importación, aumenta la desocupación y paritarias y planes sociales cierran a la baja. Hay hambre, los comedores populares cada día están más llenos en el conurbano y todavía no llegaron las nuevas tarifas.
El peronismo es la oposición, mientras tanto el gobierno avanza junto al partido judicial para sacar de la cancha a sus rivales.