Más allá de las audiencias públicas y el fallo de la Corte Suprema, las pequeñas empresas (Pymes) empiezan a recibir las facturas con el 500 por ciento de aumento, imposible de pagar.
Tras recibir una factura de luz por $ 800 mil pesos, la cooperativa Cueroflex, de San Martín, tomó las oficinas de la empresa Edenor como medida de reclamo. “Nos recomendaron que no paguemos y ahora nos llega esta boleta. No vamos a pagar porque no podemos”, dijo Jorge Reisch, presidente de la cooperativa. La empresa pagaba entre 50 y 60 pesos en febrero y ahora tiene que pagar 350 mil por mes, por lo cual al venirle dos boletas deberán pagar 800 pesos.
La empresa Cueroflex está ubicada en San Martín y fue recuperada por sus trabajadores hace cuatro años. Emplea a 80 personas que trabajan con cuero reciclado.
Esa boleta coincidió con el fallo de la jueza federal de San Martín, Martina Forns, quien dio lugar a un pedido de amparo por parte del intendente de San Martín Gabriel Katopodis. La magistrada ya había hecho lugar a un recurso similar para La Matanza, a partir de la presentación de la intendenta Verónica Magario.
La deuda es impagable y van a seguir llegando facturas que no podemos afrontar”, explicó Reisch a Radio Diez. Luego agregó: “No podemos pagar las boletas. Son unos 360 mil pesos de luz y nos vendrán 250 mil pesos de gas. Es prácticamente la plata que destinamos al pago de los salarios, una locura. Las ventas se cayeron un 30 por ciento mientras están entrando zapatos de Brasil, es un momento muy difícil”, dijo Reisch.
La situación del tarifazo mantiene en vilo a miles de pequeñas empresas y a sus trabajadores. El tema no es sólo la multiplicación de los costos de los servicios públicos sino también el contexto de caída de las ventas en el que se produce el sacudón.