El presidente Mauricio Macri, al dejar inaugurado el inicio de obras que conectará las autovías Illía y Buenos Aires-La Plata, en sus clásicas humoradas afirmó que “esta obra, que la estamos haciendo para tener más cerca a María Eugenia, ¿no es cierto? Si no se va a portar mal, si la dejamos tan lejos, allá en La Plata”, disparó entre las risas de la mandataria, quien luego baja la cabeza.
Sigmund Freud, afirmaba que “todo chiste, en el fondo, encubre una verdad”, de allí que el comentario de Macri hacia Vidal no era una broma, sino una verdad. “Como no te lo puedo decir en público te lo digo jugando”, pareciera que afirma Macri. Como se recordará el presidente almorzó el pasado martes, fuera de agenda, con la gobernadora para aclarar temas relaciones a la campaña electoral en Buenos Aires y especialmente como mejorar en las encuestas donde Cambiemos está apareciendo tercero.
El presidente sólo escucha a Marcos Peña, especialmente en lo referido a los matices de la campaña electoral. El jefe de Gabinete está molesto con la “independencia” de la gobernadora que gusta afirmar que “está mejor que Macri en todas las encuestas y que la política bonaerense la maneja ella, especialmente su alianza con dirigentes del peronismo”.
Peña, considerado un purista del PRO que se opuso a la alianza con Sergio Massa en el 2015, le molesta que la gobernadora se ande sacando fotos con dinosaurios como Eduardo Duhalde, Aldo Rico, Jesús Cariglino o Mario Ishii. “Si aparecemos con esos tipos que renovación somos”, dicen en la Jefatura de Gabinete.
Al presidente le molesta que la gobernadora se oponga a una posible candidatura de Elisa Carrió en la provincia. Más allá que Carrió encabece o no las listas, estas las armará el presidente y no la gobernadora. De allí, que tiempo atrás cuando Vidal fogoneaba a Esteban Bullrich como candidato a senador, el presidente en un reportaje lo cortó de cuajo: “Es mi mejor ministro y se cada acá”.
En las últimas horas, en un extenso reportaje de Infobae a Vidal, cayeron mal algunas frases como “la pesada herencia pasó, me hago cargo de lo que hay hoy en la Provincia” o evitar criticar a Cristina, Scioli, Massa o Stolbizer: “No creo en esa forma de hacer política”.
La gobernadora lo conoce a Macri, de allí que decidió no enfrentarlo y ordenó a su ministro de Gobierno Joaquín de la Torre que salga a desmentir que están en la caza de peronistas. De la Torre, rápido de reflejos, publicó un tuit: “No está en nuestro espíritu cazar intendentes”.
Por ahora fue sólo un llamado de atención. La política se maneja en Casa Rosada entre el presidente y su jefe de gabinete, los demás son de palo, si no hay que preguntarle a ex ministro Alfonso Prat-Gay expulsado a fines de diciembre. Más allá de esos cruces, el presidente seguirá apoyando a la gobernadora, como lo hizo en estos días al entregarle 25 mil millones de pesos para obras en plena campaña electoral y con la promesa de recorrer el territorio bonaerense.
Ante la última encuesta de Management & Fit,consultora cercana del gobierno que da un 39% de apoyo al presidente y un 52% que lo rechaza se suma que están terceros con un magro apoyo de 16 a un 18 por ciento de intención de votos.
Por ahora, tanto Macri como Vidal acordaron que recorrerán municipios, pero no anticiparán esos viajes por temor a escraches o protestas de los vecinos. El método será el de siempre: timbreos, inauguración de un asfalto, de una plaza, de una pequeña obra, lo que arme Rogelio Frigerio desde el ministerio que comanda.
El Estado soy yo, decía Luis XIV. Macri piensa lo mismo y el que lo enfrente se va.
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