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La Plata
26 noviembre, 2024
PAÍS

Otra vez sopa: Macri enviará en febrero el proyecto de boleta electrónica

El presidente Mauricio Macri continúa obsesionado con implementar la boleta electrónica, más allá que el Senado dejó caer la reforma política hace ya un largo tiempo. En las últimas horas trascendió que tiene decidido incorporar en las sesiones extraordinarias de febrero la reforma política, aunque antes lo coordinará en las próximas horas con los representantes del radicalismo y la Coalición Cívica para no cometer el papelón de la reforma al impuesto a las Ganancias.

Más allá que el proyecto saliera no podría implementarse en todo el país hasta el año 2019 pero si se aprueba hay intención de aplicarlo en Capital Federal y probablemente en Salta.

Desde la casa Rosada afirman que el gobierno intentaría armar la discusión de la boleta electrónica para tapar casos como el de Gustavo Arribas y la denuncia de coima por parte de la empresa brasileña Odebretch. “Nosotros somos la renovación y la gente estará feliz de la boleta electrónica”, dicen desde la Jefatura de Gabinete y agregan que en sus encuestas 7 de cada 10 argentinos quiere ese sistema.

Muchos creen que la obsesión del presidente por la boleta electrónica no es tanto por la “modernidad” sino que teme que se caiga “el negocio” del ministro de Modernización, Andrés Ibarra, con el gobierno coreano.

El gobierno poco dice del Memorándum de Entendimiento que en julio pasado firmó Ibarra con Hong Yun-sik sobre la compra millonaria de las máquinas que emiten el voto electrónico. Hoy es parte de la investigación que lleva adelante el fiscal Guillermo Marijuan.

El problema del gobierno es que no quiere reconocer que todos los expertos en tecnología han expresado la vulnerabilidad de la boleta electrónica. “El voto electrónico es muy peligroso y no reemplaza la seguridad del papel y el lápiz. Es más, una cuestión más filosófica que tecnológica. Cuando uno vota entiende que el papel es tangible, lo puede cortar; mientras que con el electrónico uno no conoce las partes internas del software”, afirmó el especialista Nicolás Waisman. Por su parte, Javier Smaldone, un desarrollador de software libre señaló que “no hemos encontrado una forma segura que garantice los derechos del votante y que permita usar computadoras en el proceso de votación”.

Otro que se sumó al rechazo por el voto electrónico fue el creador de los Wikileaks, Julián Assange, quién sostuvo que la utilización del voto electrónico para unas elecciones presidenciales es “una locura absoluta ya que es muy fácil de manipular”. En una videoconferencia organizada por la Conferencia Internacional de Software Libre (CISL), el exiliado en la Embajada de Ecuador en Londres afirmó que “como experto en seguridad, el voto electrónico es un suicidio para elecciones nacionales. La criptografía es fácilmente modificable”.

Al presidente, poco le interesa la opinión de los expertos. Solo le interesa implementar un sistema poco confiable y los riesgos de una elección fraudulenta.

 

 

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