A 20 años del crimen del fotógrafo José Luis Cabezas, la familia se mostró reticente a las decisiones de la Justicia respecto a las condenas y beneficios de los asesinos.
Gladys Cabezas, hermana del reportero gráfico aseguró que la familia vive “con la amarga sensación de impunidad” al no quedar personas detenidas por el crimen. Apuntó a la Justicia por la libertad condicional al ex policía Gustavo Prellezo, beneficio que recibió hace pocos días, y se preguntó si la Justicia tiene la certeza de que si “elegirá nuevamente o no matar por plata”.
“Toda la familia nos encontramos con la amarga sensación de impunidad, porque no hay ninguna persona detenida en un juicio que debió haber sido un precedente”, afirmó Gladys Cabezas en declaraciones a radiales.
La hermana del fotógrafo asesinado en Pinamar el 25 de enero de 1997 recordó que “la Justicia rápidamente encontró a los culpables materiales y al que ideó esto”, valoró que “se dio una condena ejemplar” pero lamentó que “sin embargo no la cumplieron, fue toda una fantasía”. “No cumplieron ni siquiera ocho años en la cárcel. Algunos salieron por el 2 por 1, que ni siquiera merecían ese beneficio, y otros salieron porque las cárceles eran muy húmedas y sufrían de asma, entonces les otorgaron la prisión domiciliaria. No está bien”, remarcó.
En ese sentido, cuestionó la decisión que tomó la Justicia en diciembre pasado de otorgar la libertad condicional a Prellezo, condenado a cadena perpetua por el crimen del fotógrafo de la revista Noticias. “Estudiar es un derecho, lo mismo que ir a la Iglesia o estar en familia. Pero ser asesino es una elección. ¿Esa persona elegirá nuevamente o no matar por plata, planear un crimen como lo planeó, pegarle dos tiros en la cabeza a un tipo que quería vivir y era un laburador? Como agravante, era policía. ¿Hay alguna pericia psicológica de ese tipo que tiene un título en la mano y va los domingos a la iglesia? Muchos iban los domingos a misa y tiraban gente desde los aviones”, lamentó la mujer.
Cabe mencionar que José Luis Cabezas fue asesinado en la madrugada del 25 de enero en Pinamar, luego de asistir a una fiesta organizada por el empresario Oscar Andreani.