El gobierno estaba convencido que el Papa Francisco, luego de su visita a Colombia y la próxima en enero a Chile, vendría a la Argentina. El presidente presionó una y otra vez, a través de la Cancillería e incluso de los medios hegemónicos con posibles fechas. Pero no, el Papa acaba de comunicar que durante todo el 2018 no vendrá al país.
Ya durante 2016, Francisco había avisado por medio de un mensaje en vídeo dirigido al pueblo argentino que no viajaría en 2017 porque sus compromisos de viaje de ese año ya estaban fijados.
El Papa está muy molesto con el gobierno neoliberal de Cambiemos y la ofensiva contra los movimientos sociales, la represión en las calles –su portavoz es Juan Grabois- y la desaparición de Santiago Maldonado. Durante este año, el sumo pontífice se reunió un par de veces con la procuradora de la Nación, Alejandra Gils Carbó, cuando se enteró que el gobierno la quería sacar de su puesto en forma inconstitucional.
Francisco también salió en defensa de La Matanza cuando se enteró que la gobernadora María Eugenia Vidal quería dividir a los matanceros y afirmó públicamente que “es una injusticia que los maestros estén mal pagados”, en medio del conflicto docente. Sin descartar el apoyo a Milagro Sala, enviándole un rosario por su detención en Jujuy.
Otro de las muestras que marcan la diferencia entre el pensamiento del Papa y el presidente Macri, se produjo en febrero de este año, cuando Macri afirmaba que se necesitan “20 años para terminar con la pobreza” y el Papa publicaba un video enorme y profundo para combatir la indiferencia a los pobres, a los refugiados y los marginados que se encuentran en situación de vulnerabilidad y desamparo.
No vino en el año 2016, no vino en el año 2017 y no vendrá durante 2018. Macri, por ahora se queda sin la foto con el Papa Francisco.