Fotografías de hachas, martillos, serruchos, gomeras y piedras, como así también de personas con pasamontañas, pintadas y volantes con consignas políticas, parece ser que son pruebas más que contundentes para que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, haya convocado a un “comando unificado” con provincias patagónicas para hacer frente a la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) y su “lucha insurreccional”.
Para otorgarle un tono dramático a su anuncio, la funcionaria definió a la RAM como “un grupo etnonacionalista que practica una violencia extrema”, y que lleva adelante una “lucha insurreccional que no reconoce al Estado ni a la Constitución Argentina, ni a las provincias”, y lo acusó de ser “responsables de al menos 70 atentados en el último tiempo” en regiones de la Patagonia.
Además, con la imperiosa necesidad de avalar el accionar represivo del Estado con órdenes judiciales que le den marco legal, Bullrich anunció que también van a “convocar a la Justicia federal y provincial a este trabajo, para que este fenómeno violento no crezca”.
El anuncio de Bullrich fue luego de haber mantenido una reunión con los ministros de Gobierno de Chubut, Pablo Durán; de Seguridad y Justicia de Río Negro, Gastón Pérez Esteban; y de Seguridad, Trabajo y Ambiente de Neuquén, Jorge Antonio Lara, para discutir acciones conjuntas ante episodios de violencia atribuidos a la RAM.
En un pormenorizado informe 180 páginas titulado “RAM: Antecedentes, Hechos Judicializados e Implicancias para la Seguridad en la República Argentina”, se destaca que “reciben el apoyo de grupos anarquistas y de izquierda radicalizada que utilizan su nombre y sus símbolos para cometer actos violentos en las grandes ciudades”.
Esas conclusiones son acompañadas por una serie de fotografías policiales donde quedaron registrados operativos de decomiso de supuestas “armas” y “atentados” perpetrados por estas organizaciones.
Así, aparecen imágenes de hachas, martillos, serruchos y motosierras, más acordes al taller de un carpintero que al arsenal bélico de un ejército revolucionario con fines insurreccionales. Además se agregan fotos de individuos con pasamontañas, pintadas y volantes con consignas políticas.
Y el panorama destinado a reflejar el potencial peligro de las comunidades mapuches, se completa con una serie de indicaciones que la RAM les da supuestamente a sus militantes. Por ejemplo, uno de los instructivos explica “cómo terminar con el negocio capitalista”, para lo cual recomienda desalentar las inversiones de los empresarios mediante acciones que muestren la supuesta “peligrosidad” de la región.
Lo curioso es que mientras no surgen signos concretos del supuesto grupo armado que invoca el Gobierno para justificar represiones en el sur del país, el presidente Mauricio Macri junto a su familia eligió justamente la Patagonia como su lugar de descanso, y hasta ahora esa tranquilidad no parece haberse alterado por acciones terroristas de la RAM.