Con la elección de la jueza Inés Weinberg de Roca para ocupar el cargo de Procuradora General de la Nación, Mauricio Macri ignoró las preferencias de la llamada “corporación judicial” que se abroquela en Comodoro Py.
Lo que no es precisamente un dato menor, es que esta decisión le abre las puertas a un principio de entendimiento con la ex presidenta Cristina Kirchner a la hora de apoyar ese nombramiento, y al mismo tiempo le permitirá golpear al senador Miguel Ángel Pichetto y al titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti, que aparecen como dos de las caras visibles del apoyo a esa especie de cofradía en la que se convirtieron los tribunales federales.
Al mismo tiempo, al impulsar a esta candidata el presidente no hizo más que saldar una controversia en su propio círculo. Por haber estado en contra de Weinberg, y ser los negociadores habituales con el fuero federal, quedaron postergados Daniel Angelici -uno de los más influyentes en cuestiones judiciales-; el jefe de la AFI, Gustavo Arribas, y, en menor medida, el ministro de Justicia, Germán Garavano.
Además, Macri logra tomar distancia de la polarización que dominó al Ministerio Público: los históricos fiscales, versus el kirchnerismo de ‘Justicia Legítima’, teniendo en cuenta que Weinberg no pertenece a ninguno de esos dos grupos. Precisamente, para el presidente ese es el mayor mérito de su candidata.
En tanto, el anuncio de ayer abrió otro desafío, porque Macri también puso en tela de juicio su relación con el Senado. El nombre de la candidata no fue negociado con la oposición, y ni siquiera informado a los referentes de Cambiemos. Tanto fue así, que previo a esa confirmación, los senadores Federico Pinedo y Pichetto estuvieron reunidos con el fiscal de Casación, Raúl Plée, quien era el candidato de la corporación judicial para convertirse en el reemplazante de Alejandra Gils Carbó.
En esta misma línea, hoy el columnista Carlos Pagni, desde el diario La Nación plantea que “sería ingenuo suponer que el presidente postuló a Weinberg sin consultas previas porque estaba distraído. En la Casa Rosada se consolida la hipótesis de que existe un pacto tácito entre Ricardo Lorenzetti, Comodoro Py y el bloque de senadores del PJ poskirchnerista, que actúa como un núcleo independiente del resto de la clase política”.
Sin lugar a dudas lo más curioso de este panorama que se abre, es que con esta jugada Macri estaría sumando a una adherente impensada: Cristina Kirchner.
Claro, se sabe que la ex presidenta puede resultar imprevisible, pero cerca del presidente especulan con cuatro cuestiones de peso que, llegado el momento de la crucial votación en el Senado para aprobar o rechazar el pliego, podrían llegar a seducir a Cristina: Weinberg es mujer, fue expulsada de la Justicia por la dictadura militar, tuvo un papel importante en el juzgamiento de violaciones de los derechos humanos a nivel internacional y, sobre todo, no pertenece a la corporación del fuero federal. Por lo tanto, no hay que descartar una coincidencia entre Macri y Cristina, en torno a la candidata de la Casa Rosada para ocupar el cargo de Procuradora General de la Nación.