“Como no van a estar tranquilos Dujovne y Caputo en la conferencia de prensa si tienen la plata afuera”, dicen miles de usuarios en las redes sociales hasrtos de los mensajes de “ondas de amor y paz” de los funcionarios del agobierno de Mauricio Macri que no saben como respondr a la crisis del dólar.
El gobierno, luego de perder mas de 5000 millones de dolares de reservas, y aumentar las tasas a un 40%, con lo cual se acabo la posibilidad que lleguen inversiones, decidió “comprar” la receta de Domingo Cavallo y pedir un blindale de U$S 30.000 millones de dolares al FMI.
Hoy, Marcelo Bonelli en el diario Clarin reconocía que la directora del FMI, Christine Lagarde, le habia señalado al ministro de Hacienda que en el organismo no eran tan optimistas y que habia que ajustar de verdad. “La gente de mi equipo no tiene una visión tan positiva como yo. Ven problemas. Pero ustedes y su Presidente están en el camino correcto”, afirmó.
El acuerdo con el FMI implicara ajustar mas las jubilaciones, mayor despidos de empleados estatals, paritarias a las baja y eliminación total de los subsidios a las tarifas.
La suba del precio del dólar de la última semana, sumada al tarifazo, le pone un piso a la inflación no menor al 30 por ciento. Con paritarias del 15 por ciento, la caída del salario real será brutal y terminará en recesión y desempleo.
La suba de la tasa de interés al 40 por ciento sumará un factor de recesión brutal que generará más perdidas de empleo.
La solución elegida por el gobierno de acudir al FMI hipoteca el futuro del país, que ahora deberá cumplir sus recetas. Esa sí será una pesada herencia.
Esperemos que el presidente Macri no repita aquella frase del ex presidente De la Rua: “¡Qué lindo es dar buenas noticias!”
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