El oficialismo dispone de menos de 48 horas para que surja un acuerdo político de último momento, que le permita al Gobierno respirar aliviado ante la avanzada de la oposición para poner un freno a los brutales tarifazos. De no ser así, Cambiemos correrá el riesgo de que el próximo miércoles en la cámara de Diputados se apruebe el proyecto de ley que retrotrae a mayo del año pasado las tarifas de los servicios públicos.
Además, en los despachos oficiales se agiganta el temor sobre la posibilidad concreta de que los bloques opositores logren su objetivo, lo que significaría una dura derrota legislativa en días nada fáciles dominados por la corrida cambiaria.
La desesperación del bloque oficialista quedó reflejada en lo que en las últimas horas dijo el jefe de la bancada en la Cámara baja, Mario Negri: “Salvo que haya un gesto de sensatez de la oposición, no tenemos el número para pararlo, nosotros solo tenemos 108 diputados”, reconoció. En otras palabras, se está admitiendo que por primera vez desde que llegó al Gobierno, Cambiemos está frente a una situación de pronóstico reservado en el Congreso.
Al haber logrado el dictamen de comisión la semana pasada, las bancadas opositoras ya no tendrán la obligación de lograr el voto de los dos tercios para habilitar el debate. En este escenario, el único impedimento será conseguir el quórum de 129 diputados presentes que se necesitan para iniciar la sesión.
Como un manotazo de ahogado ante el escenario que se le presenta, el oficialismo pidió una sesión especial, también para pasado mañana, pero a las 10.30 de la mañana. El temario incluye dos iniciativas que el Gobierno pretende convertir en ley: la modificación de las leyes de defensa de la competencia y de mercado de capitales.
Lo que se prevé para ese día es una pulseada entre ambas sesiones especiales. Sin embargo, todo podría destrabarse si la oposición decide sentarse a discutir en primer término los proyectos impulsados por el oficialismo. Desde Cambiemos aseguran que se quedarán a dar el debate por el proyecto de las tarifas, a pesar de saber que perderán la votación.
Y estiman que lo único que podría salvar al oficialismo de una segura derrota sería un acuerdo político que permita restarle fuerzas a los diferentes bloques opositores que, por el momento, se muestran unificados detrás del proyecto de congelamiento de tarifas a los valores de mayo del año pasado.