No es habitual, casi nunca sucede. El Papa Francisco no dejó pasar ni una semana de la renuncia que presentó monseñor Aguer en el Arzobispado de La Plata para reemplazarlo por un hombre de su confianza: Víctor “Tucho” Fernández. La tradición en la Iglesia es que un obispo que presenta la renuncia por cumplir 75 años continúa en su tarea varios años más si está bien de salud.
Aguer, enemigo intimo de Francisco, fue el único obispo que no hizo sonar las campañas cuando Jorge Bergolio fue elegido Papa. Bergoglio nunca le perdonó que en 2009, junto a Sergio Massa que era el jefe de Gabinete y la derecha mas recalcitrante del Vaticano intentaron sacarlo del obispado porteño para reemplazarlo con Agüer.
El papa Francisco designó hoy a uno de sus más cercanos colaboradores, el ex rector de la Universidad Católica Argentina (UCA), monseñor Víctor Manuel “Tucho” Fernández, como nuevo arzobispo de La Plata, en reemplazo del renunciado Aguer.
Fernández, un teólogo de extrema confianza del pontífice nacido el 18 de junio de 1962, asumirá en la arquidiócesis de la capital bonaerense luego de que Francisco aceptara la renuncia presentada por Aguer el pasado 24 de mayo tras 18 años al frente, informó un comunicado de la Santa Sede.
Fernández, autor de numerosos libros y publicaciones y cultor del perfil bajo, fue rector de la UCA desde 2009, cuando había sido designado a instancias del entonces arzobispo porteño Jorge Bergoglio, hasta abril pasado.
Fernández, que había sido nombrado arzobispo de Tiburnia por el papa en mayo de 2013, es uno de los pilares intelectuales sobre los que se ha basado Bergoglio para la escritura de diversos documentos pontificios, como las exhortaciones de 2013 Evangelii gaudium; la de 2016 Amoris Laetitia y la de 2018, Gaudete et exsultate.
“Tucho” fue, además, ladero del entonces cardenal Jorge Bergoglio cuando en 2007 el ahora pontífice presidió la comisión redactora del documento de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Aparecida, Brasil, que los expertos definen como el “inicio conceptual” de su pontificado.
En Cambiemos, hubo por parte del procurador de la provincia, Julio Conte Grand, un hombre del Opus Dei, una serie conversaciones para que Agüer continuara o que en reemplazo llegue un obispo conservador. Francisco hizo oídos sordos y nombre un hombre de su confianza para que “limpie” de la derecha reaccionaria al obispado platense. Un nuevo obispo que no dudará en cuestionar las políticas conservadores de Cambiemos.
Todos creyeron que el Papa cuando fue elegido en 2013 enviaría a un lugar remoto a monseñor Agüer. Para nada, lo dejo sólo y aislado en su Obispado. Cuando presentó la renuncia no lo dejo ni una semana. Lo mando a su casa. La venganza es un plato que se sirve frío.