El Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró en las últimas horas que el diálogo con los funcionarios argentinos “es muy constructivo”, y que las conversaciones se encuentran “bien avanzadas” para desembolsar el préstamo solicitado por el Gobierno, lo que podría concretarse durante este mes.
“Este será un plan impulsado por las prioridades del gobierno argentino, con un enfoque particular en proteger a los más vulnerables y fortalecer la economía local a la luz de la reciente turbulencia en los mercados financieros”, se destaca en un comunicado enviado por la oficina de prensa del Fondo y publicado en la página web oficial del organismo.
Los cinco funcionarios argentinos que negocian los detalles técnicos con los representantes del organismo internacional permanecieron este fin de semana en Washington, para seguir de cerca las negociaciones.
En Washington ya anticipan que el acuerdo al que finalmente se arribará, apuntará a imponer un gradualismo fiscal más duro, pero al mismo tiempo dejaría de lado una lista detallada de las reformas estructurales que debería llevar adelante el gobierno argentino.
En otras palabras, el mensaje que ya bajó la titular del FMI, Christine Lagarde, es que las “recetas” a aplicarse serán pura y exclusivamente responsabilidad de Mauricio Macri y su equipo.
Quienes están cerca de la toma de decisiones del Fondo, aseguran que el objetivo de esta movida es evitar que el organismo pueda volver a quedar pegado a otra crisis, tal como le ocurrió en recientes intervenciones en otros países, como Grecia, por ejemplo, donde las consecuencias, después de una década, fueron y siguen siendo muy duras para la población.
“Estoy convencido de que el FMI quiere que el programa sea argentino y no sea visto como una imposición, para no meterse en detalles como podría haber sido el caso antes”, dijo Claudio Loser, quien trabajó en el Fondo. Y agregó que “es evidente que han aprendido del pasado, y tienen otra cintura política”, por lo que “sería muy extraño que vengan con condiciones muy explícitas”.
Y como resumen de su postura, destacó: “No creo que el Fondo esté dispuesto a ser el chivo expiatorio para pagar por los ajustes que el Gobierno quiere hacer”.