Macri, desbordado por la realidad y perdido en su laberinto, se pelea hasta con su propia sombra

Mauricio Macri está cada vez más enojado. Más que enojado, está irascible, furioso. Quienes están cerca de él, lo notan con un nivel altísimo de fastidio y de baja tolerancia ante la falta de resultados, y por una realidad que, siente, lo golpea cada vez con más fuerza. ¿Un ejemplo que refleja ese estado de ánimo?: su ausencia de la celebración por el Día de la Bandera hoy en Rosario. Macri, asustado, no viaja a Rosario

Y aseguran que tanto es su malestar, que ni siquiera lo puede contener cuando está con la llamada ‘mesa chica’ (Marcos Peña, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta). Con un panorama cada vez más desalentador, producto de una brutal crisis económica-financiera, el presidente terminó reconociendo los errores de gestión, y lanzó un ultimátum para su gabinete.

Después  de la salida de Juan José Aranguren de Energía, y de Francisco Cabrera de Producción, anunció que activará ahora una fusión de carteras para reducir el elenco de 23 ministerios que lo acompañaron al jefe de Estado desde que asumió.

En otras palabras, los desplazamientos de Aranguren y Cabrera, que sucedió al despido de Federico Sturzenegger del Banco Central, es un reflejo del cambio de ambiente que por estas horas se vive en el seno del Ejecutivo.

En ese contexto, Macri jugó todas las fichas por Nicolás Dujovne como centro de gravedad del equipo económico. Pero antes aplicó castigos ejemplificadores, y limpió tanto a Aranguren como a Cabrera del gabinete. “Mauricio se convenció de que es necesario un equipo económico más compacto y con una jefatura indiscutida”, explicaba un funcionario muy cercano al presidente.

En realidad, metió mano en el gabinete ante la falta de resultados. Más allá de la gestión, en Casa Rosada perciben que si no cambia la tendencia de la economía será cada vez más difícil, por no decir imposible, instalar una eventual reelección de Macri el próximo año. En los planes inmediatos figura que una vez terminado el Mundial de Rusia, en tres semanas, la campaña presidencial empezará a instalarse en la agenda. Y en este contexto, aseguran que el vacío de candidatos en el peronismo es el único consuelo en Cambiemos.