En un contundente y crítico mensaje de fuerte contenido político, la Iglesia alertó que el país transita una crisis social y económica que “golpea a todo el pueblo argentino”, y que “va resintiendo la confianza en la dirigencia política aumentando el mal humor social, el enojo y la intolerancia, que hace muy crispada la convivencia”.
Así lo dijo el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Ojea, también denunció los “ataques personales” al Papa Francisco “desde dentro y desde fuera de la Iglesia de un modo que no tiene precedentes”, al referirse a las duras críticas que recibe el Sumo Pontífice.
Mientras planteó recomendaciones al clero para afrontar problemas “que nunca nos habíamos imaginado que íbamos a tender delante”, Ojea formuló estos severos cuestionamientos durante la homilía de la misa de apertura del segundo y último plenario del año de los obispos de todo el país, que sesiona esta semana en Pilar.
El obispo dedicó su homilía a trazar un panorama sobre la situación del país y de la Iglesia: “Estamos terminando un año sumamente difícil”, comenzó diciendo, tras lo cual sostuvo que “muchos acontecimientos que hemos vivido en los últimos meses nos han provocado perplejidad, y al mismo tiempo nos plantean grandes desafíos pastorales para ser iluminados a la luz del Evangelio. Son situaciones complejas y conflictivas, que esconden un mensaje que tenemos que descubrir”.
Además, puntualizó que “hemos sido testigos también de ataques a la persona del Santo Padre desde dentro y desde fuera de la Iglesia de un modo que no tiene precedentes, lo que genera la escasa difusión de su pensamiento y de su prédica”. Y considera que “esto se extiende a la Iglesia toda, ya que parecería que decir algo bueno sobre ella no es políticamente correcto”.
“Todo esto –enfatizó- lo hemos vivido en medio de una crisis social y económica que golpea a todo el pueblo argentino, y que va resintiendo la confianza en la dirigencia política aumentando el mal humor social, el enojo y la intolerancia que hace muy crispada la convivencia”.