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La Plata
22 noviembre, 2024
PAÍS

Imperdible: “Tuny” Kollmann derrumba uno a uno los mitos en torno a la muerte de Alberto Nisman

A través de un pormenorizado informe, el periodista Raúl ‘Tuny’ Kollmann, se dedica hoy desde el diario Página 12 a derribar, uno por uno, todos los mitos que se tejieron en torno a la muerte del fiscal Alberto Nisman, a pocos días de cumplirse cuatro años de aquel hecho.

El hecho es que el marco del aniversario es la caída de buena parte las mentiras que construyeron y la contundencia de las pruebas que indican que el fiscal se suicidó, envuelto en el rechazo inicial a su denuncia, la posibilidad de su despido de la Fiscalía, la pelea familiar y los sórdidos conflictos personales que enfrentaba.

En su artículo, Kollman destaca que “hoy por hoy la causa judicial está en un atolladero porque se busca un comando inexistente y asesinos inventados sólo para imputar al gobierno kirchnerista, o a iraníes o venezolanos que nunca nadie vio. Los mitos hacen agua por todos lados y habrá que ver si pruebas que hoy ocultan el fiscal Eduardo Taiano y el juez Julián Ercolini –mensajes de whatsapp y mails– permiten avanzar en el expediente”.

Estos son algunos de los mitos caídos.

– El disparo no fue en un lugar compatible con un suicidio: Debate terminado hace rato. El disparo fue en la sien, levemente por arriba y por delante de la oreja derecha. Lugar típico en el que se disparan los suicidas.

– La pericia en Salta demostró que Nisman no disparó: Falso. Efectivamente se hizo una pericia en el ministerio público de Salta que tiene uno de los aparatos más sofisticados para detectar residuos de disparo. En una mano se encontraron 69 partículas consistentes y en la otra 19. O sea, el estudio dice que hay elementos, pero que no son categóricos.

– Las cámaras de seguridad del edificio no andaban y entonces pudo entrar el supuesto comando: Del total de 101 cámaras que enfocaban a la Torre Boulevar, donde vivía Nisman, y las zonas comunes, andaban 80 y no funcionaban 21.

– La puerta de servicio estaba abierta y el comando pudo acceder por ese lado: Es un debate terminado: el departamento estaba cerrado por dentro como solía cerrarlo Nisman cuando estaba allí. La puerta principal estaba cerrada con un pasador que no cuenta con llave desde afuera. La puerta de servicio tenía dos cerraduras. La de arriba, con pasador, pero con llave, tuvo que ser abierta por la madre de Nisman con llaves que tenía ella. En la cerradura de abajo hubo que empujar la llave que estaba puesta del lado de adentro, cosa que hizo un cerrajero.

– No hubo pelea porque a Nisman lo maniataron dopándolo con ketamina: Hasta el juez Julián Ercolini desistió de la delirante hipótesis de la ketamina, armada por la Gendarmería bajo el mando de Patricia Bullrich. Los profesionales de esta fuerza no pudieron definir ni cuánto le suministraron  Nisman ni, sobre todo, cómo se lo suministraron.

– A Nisman le pegaron una paliza y le fracturaron la nariz: La hipótesis surge de la pericia de la Gendarmería que, curiosamente, está hecha por solo dos médicos, ninguno con vasta experiencia en autopsias. En cambio, el Cuerpo Médico Forense y luego la junta médica compuesta por 14 forenses dictaminó que no existía tal fractura.

– Lo mataron tres hombres dentro del baño: No hay la menor evidencia de semejante hipótesis, entre otras cosas porque hubo manchas de sangre alrededor de Nisman, lo que indica que la sangre cayó hacia todos lados sin interferencia. Y, lo fundamental, la puerta del baño estaba cerrada.

– El informático Diego Lagomarsino estaba en la escena en el momento del disparo, participó del crimen: Otro debate terminado. Las cámaras exhiben a Lagomarsino saliendo de Le Parc el sábado a las 20.30 y entrando al edificio donde vive, en Martínez, a las 21.02. Había llevado la pistola Bersa a lo de Nisman, como lo testificó el primer día. Nisman, por su parte, chateó con la periodista de Clarín Natascha Niebieskikwiat hasta las 21.17. Además mantuvo diálogo con uno de sus custodios, con el periodista de Infobae Laureano Pérez Izquierdo y con el manager de modelos Leandro Santos. Todo quedó en su celular.

– El informático no le prestó el arma a Nisman, sino que la entregó a un comando sofisticado que fue el que cometió el supuesto crimen: Nuevamente, nadie entrega una pistola para cometer semejante asesinato, de repercusión mundial, que terminó en una catástrofe para Lagomarsino: imputado como partícipe, con una tobillera, perdió su trabajo en la fiscalía AMIA, le deterioró toda su situación laboral y social.

– El comando manejó la computadora de Nisman el domingo a la mañana: La desopilante hipótesis fue sostenida por la acusación porque la navegación de ese domingo concluyó con un ingreso a una nota sobre el regreso de la muerte, posteada por Claudio María Domínguez en Infobae, un indicio sólido de que Nisman se quitó la vida.

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