El intendente de Quilmes, Martiniano Molina, abrió el período de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante a los gritos. Se mostró igual de enérgico y desencajado que Mauricio Macri ante el Congreso Nacional para mostrar una vez más cuán macrista puede llegar a ser. Repasó su gestión de estos tres años aunque no realizó ningún anuncio de relevancia y utilizó la frase “Quilmes está mejor”. También logró “tapar” elevando su tono de voz algunos reclamos de concejales de la oposición cuando hacía referencia a lo realizado en educación y al estado de las escuelas.
La imitación no es lo de Martiniano Molina. Tampoco lo es la política. Mejor que vuelva a la cocina, ¿no?