Ayer por la tarde, decenas de manifestantes convocados desde la caverna de la derecha más rancia y reaccionaria, dieron rienda suelta a su desquicio y alienación contra todo lo que huele a peronismo y ya puestos, hasta quisieron cargarse al movilero de A24 mandado por uno de sus nefastos emblemas, el operador de la ultraderecha Eduardo Feinmann, quién al principio sorprendido y luego muy molesto, los reprendió al aire. Una vergüenza.
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