El coreano del centro, cada vez más a la derecha, entrevistó al dirigente social y cuando no, quiso operarlo pegándole al presidente.
Pero Grabois, rápido de reflejos, le paró el carro y lo dejó pagando al gorila
El coreano del centro, cada vez más a la derecha, entrevistó al dirigente social y cuando no, quiso operarlo pegándole al presidente.
Pero Grabois, rápido de reflejos, le paró el carro y lo dejó pagando al gorila