Edu no gana para sustos y ayer quedó demostrado en vivo y directo cuando debió desdecirse de lo declarado ente lunes y martes cuando se cansó de fogonear el cacerolazo urdido por el poder económico, el Pro y la prensa hegemónica para desgastar la figura de Alberto.
No hay que ser muy pillo para imaginar un ajuste de tuercas al operador de la ultraderecha por parte de alguien del grupo para el que trabaja porque lo de ayer merece un cuadrito. Sin ponerse colorado ni avergonzarse, no solo se desdijo sino que acusó de pelotudo aunque sin dar nombres a quién había tenido la idea de cacerolear. Impresentable
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