Con el patrocinio de la abogada Silvina Martínez, Luis Majul presentará en las próximas horas una denuncia ante la Justicia para pedir que se investigue “la presunta existencia de una organización criminal que utilizaría diversas herramientas incluidas el espionaje con fines ilegales”.
“Estamos frente a una compleja telaraña donde la asociación ilícita denunciada no solamente obtenía información de manera ilegal, sino que producía información falsa que tenía como objetivo el armado de causas judiciales, la coacción a personas y la utilización de operaciones mediáticas con el fin de injuriar y calumniar a las víctimas e influir en la opinión pública”, argumenta la presentación.
En la denuncia, donde el comunicador ultramacrista aparece como una pobre víctima, acusa de integrar la supuesta asociación ilícita a Carlos Beraldi, abogado de Cristina Kirchner; a los dueños del grupo Indalo (C5N y Radio 10), Cristóbal López y Fabian de Souza; y el senador Oscar Parrilli.
Además, involucra al diputado Rodolfo Tailhade; al abogado de la familia Moyano, Daniel Llermanos; y al periodista Tomás Méndez, por publicar información falsa.
La denuncia alcanza niveles insólitos de hipocresía, ya que justamente la labor de Luis Majul en el espionaje ilegal y armados de causas es la misma que ahora esboza. No hace falta recordar que el periodista, a quien le soltaron la mano hasta de América TV tras años siendo “la estrella”, durante el macrismo llegó a recibir escuchas ilegales mientras salía a correr, mientras que su programa era el espacio donde iban a operar figurar oscuras como Waldo Wolff, Mariana Zuvic o Silvina Martínez.
Así lo precisó anoche en su programa “La Cornisa”, por LN+, oportunidad en la que llamativamente dejó de lado en su denuncia a su blanco predilecto en todas y cada una de sus acusaciones, como lo es la vicepresidenta.
“Hoy es un día muy especial para los que hacemos ‘La Cornisa'”, arrancó Majul. “Por fin vamos a desmontar la “Operación Pirincho”, es decir, la sucia, compleja y premeditada maniobra que tenía por objeto meternos presos”.
Según el comunicador, “la cuestión es que Cristina, Beraldi, Parrilli, y Tailhade compraron la solución que les vendió Llermanos. Es decir: el armado de una causa para obtener impunidad y venganza, y todo por el mismo precio”.
Y por supuesto, se desligó de cualquier vínculo con los agentes de inteligencia durante el macrismo: “Jamás hubo gente de la AFI en el estudio de “La Cornisa”. Nunca tuve trato con ninguno de los que aparecen en la causa. No los conozco. Lo que sí sucedió, fue la pegatina de afiches ilegales contra mi familia. Delito que, incluso los fiscales, y el actual juez, Juan Pablo Auge, nos reconoce como víctimas”.