La vicepresidenta Cristina Kirchner, harta de las chicanas de la oposición en el Senado, le paró el carro y le mando un gesto para que se retuercen de odio en sus bancas.
La vicepresidenta Cristina Kirchner, harta de las chicanas de la oposición en el Senado, le paró el carro y le mando un gesto para que se retuercen de odio en sus bancas.
