En otra noche de opereta, los conducidos por Doman hacían horas extras operando contra la vacuna rusa y la decisión del gobierno de comprar a Putin alrededor de 25 millones de dosis.
Entre Savoia, el propio Doman y la Rubia Platinada de Plager, le daban a la opereta como locos hasta que harta, Ernestina se les plantó y les cantó por la cara, las cuarenta.