Como no podría ser de otra manera, la carta pública que ayer difundió Cristina Kirchner provocó un generalizado revuelo y, tal como era de imaginarse, tanto los medios hegemónicos como los referentes del macrismo dispararon con munición gruesa contra ese texto que, al desnudar con crudeza las falencias del Poder Judicial en general y de la Corte Suprema en particular, los dejó sin argumentos sostenibles y provocó que tergiversaran su contenido y agitaran, una vez más, el fantasma de una vicepresidenta diabólica que únicamente busca zafar de sus causas judiciales.
En ese texto, CFK lanzó duras críticas contra los miembros del máximo tribunal de Justicia, a los que acusó de “encabezar y dirigir el proceso de Lawfare”, como así también de garantizar la impunidad de los ex funcionarios de Cambiemos.
Allí, consideró que la Corte “no hizo más que confirmar que fue desde allí, desde donde se encabezó y dirigió el proceso de Lawfare. Esa articulación mediática-judicial para perseguir y encarcelar opositores, se desplegó en nuestro país con toda su intensidad desde la llegada de Mauricio Macri a la Presidencia de la Nación y, lo que es peor: aún continúa”, manifestó.
Mientras tanto, hoy el diario La Nación habla de “ataque” de Cristina a la Corte y de que con su carta “incomodó al Gobierno”. Uno de sus columnistas estrella, Carlos Pagni, escribió un brulote bajo el título “Ataque al sistema republicano”. Y obvio, Clarín no se iba a quedar atrás, y sintetizó el mensaje de la vicepresidenta como “furiosa carta contra la Corte”.
Teniendo en cuenta que son de manual, desde el universo de los medios dominantes buscaron disidencias entre Cristina y Alberto Fernández. Sin embargo, en las últimas horas el presidente les cerró la boca, al haber manifestado sus coincidencias con CFK en las críticas al Poder Judicial por su mal funcionamiento, y adelantó que deben imponer cambios efectivos.
“Lo que dijo ayer Cristina es un llamado de atención para todos porque la Justicia no está funcionando bien en la Argentina y lo digo hace muchos años. No hablo de preservar los derechos de alguien que eventualmente es sometido a la Justicia”, dijo el presidente, quien aclaró que “el planteo de Cristina es más profundo y coincido con mucho de lo que planteó, porque es una mirada objetiva de lo que está pasando en la Justicia que no logramos resolver porque tiene una lógica corporativa que la hace impermeable a cualquier cambio”.
Por su parte, desde Juntos por el Cambio salieron a criticar en duros términos la nueva carta de Cristina, y coincidieron en que se trata de “una amenaza a los jueces de la Corte Suprema de Justicia”. Y llegaro al extremo de hablar de que se trata de “una advertencia mafiosa, pero también un grito desesperado porque su objetivo es la impunidad”.
Por ejemplo, para el presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, la carta “es la manera en que el kirchnerismo duro conmemora su aniversario en la Casa Rosada: amenazando a los jueces de la Corte”. Y agregó: “Está claro cuál es el foco de la vicepresidenta porque presiona a la Corte y la amenaza con un juicio político ya que, aunque no lo menciona, se puede estar creando ese clima”, y que el texto “es una señal para los integrantes de la Corte de que ella los tiene en la mira y no los va a soltar así de fácil”.
Patricia Bullrich no iba a desaprovechar la oportunidad, y confesó que le “impresiona” que Cristina Kirchner “plantee de una manera tan transparente sus objetivos”, señalando que en la carta que difundió “no habla de los problemas que tiene el país y hace una descripción detallada de su única preocupación, que es que la liberen de todas sus causas judiciales”.
Para la titular del PRO, “como hay un embate para ir a un Poder Judicial distinto y para eso se debería cambiar la Constitución Nacional, hay que estar atentos a cuál es el camino que siguen porque, al no poder hacerlo, lo van a instrumentar mediante una amnistía o algo así”.
Según el presidente de la Coalición Cívica (CC), Maximiliano Ferraro, “las declaraciones de la vicepresidenta son una clara amenaza al sistema republicano de gobierno” y destacó que “el ataque personal a cada uno de los jueces de la Corte es una advertencia mafiosa, pero también un grito desesperado porque su objetivo es la impunidad”.
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