“Píparo y su marido vomitaban y tenían fuerte olor a alcohol”. Así, de manera contundente y sin dudar, lo aseguraron los policías de la Comisaría 1ª de La Plata, a la que concurrieron la diputada y su marido, Juan Ignacio Buzali, después de haber atropellado a dos motociclistas en las primeras horas del nuevo año.
La confesión de los uniformados no es un tema menor, teniendo en cuenta que la declaración que hicieron ante la Justicia, fue bajo juramento. Y ahí aseguraron que ambos pidieron ir varias veces al baño, que allí vomitaron, que hubo que limpiar los vómitos y que tenían un fuerte olor a alcohol.
El estado de ebriedad e incluso un posible consumo de drogas fue denunciado inicialmente por una vecina que increpó a Píparo y a Buzali tras haber atropellado a los jóvenes. En el video ampliamente difundido, Sara, la vecina, los exhibe en imágenes llamativas: la diputada bebiendo gaseosa -tal vez para reducir el grado de alcohol- y desencajada, mientras su marido permanecía en el vehículo como ido, ausente.
Sin lugar a dudas, el testimonio de los policías no solamente complica el panorama para la legisladora de Juntos por el Cambio y su esposo, sino también al secretario de Seguridad de la Municipalidad de La Plata, Darío Ganduglia, ya que dispuso que no se le hiciera el correspondiente test de alcoholemia a la pareja apenas ocurrieron los hechos.
A propósito, si se demuestra que el funcionario municipal macrista puso obstáculos en la investigación con el fin de evitar consecuencias judiciales y políticas para su amiga diputada, estaría en serios problemas.
Es que eventualmente a Ganduglia podría corresponderle la figura del delito de “tráfico de influencias”, previsto en el artículo 428 del Código Penal: se refiere al “funcionario o autoridad que cause influencia aprovechando sus facultades en su cargo o cualquier tipo de situación que derive de su situación personal para obtener algún tipo de beneficio”. En ese caso puede ser castigado con pena de cárcel de 6 meses a 2 años.
Hasta el momento, la Justicia tiene “prácticamente descartado” que los dos motociclistas atropellados por Buzali, hayan participado del asalto al matrimonio, mientras que el abogado de los jóvenes embestidos, Martín De Vargas, pidió la detención del hombre al considerar que intentó cometer un doble homicidio.
Fuentes judiciales informaron hoy a Télam que “no hay absolutamente ningún indicio” que relacione al motociclista Luis Levalle, de 23 años, y a su acompañante, de 17, con el robo denunciado por Píparo y Buzali, al tiempo que confirmaron que la fiscal platense a cargo de la causa, María Eugenia Di Lorenzo, cuenta con un video en el que se ve a los posibles autores del asalto, quienes todavía no fueron identificados.
Mientras tanto, una de las pruebas que se esperan es el resultado del test de alcoholemia que se le hizo a la pareja, aunque recién se llevó a cabo al mediodía, es decir, diez horas después del episodio.
“Atento al comportamiento desplegado por Juan Ignacio Buzali en el acontecer de los hechos, quedó demostrado su desprecio total por el derecho, poniéndose en fuga luego de atropellar a las víctimas, esto constituye un peligro cierto de fuga”, señaló De Vargas en su escrito.
El letrado añadió que “la existencia de funcionarios públicos asistiéndolos” tras el hecho demuestra que “existe entorpecimiento en la investigación, ya que han utilizado influencias para evitar ser detenidos y también evitar el control de alcoholemia”.
De Vargas hizo referencia así a dos situaciones que consideró irregulares: que el secretario de Seguridad municipal Ganduglia acudiera inmediatamente al lugar tras el hecho, y que el esposo de Píparo no fuera sometido al test de alcoholemia de manera inmediata.