El operador del macrismo, luego de los miserables dichos de la titular del PRO sobre que habría que haberles entregado las Islas Malvinas a la farmacéutica Pfizer a cambio de las vacunas, intentó cubrirla al aire, arrastrándose sin ningún pudor.
Sin embargo, fue tan evidente el blindaje y tantos los balbuceos de la Bullrich, que lo arrastró al barro y quedó como lo que son: dos operadores al servicio de la Embajada y sus intereses.