Se equivocan en el Frente de Todos quienes creen que el jefe de la oposición se llama Horacio Rodríguez Larreta o Mauricio Macri, más allá que el ex presidente junto a Patricia Bullrich aparecen como ganando la pulseada. En realidad el mundo avanza hacia una derecha más salvaje y la Argentina no esta exenta.
El control de la oposición va más allá de Macri y Rodríguez Larreta. La decisión de las posturas políticas y las candidaturas hoy las maneja el establishment económico que está decidido a llevarse puesto al gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
En las últimas semanas, tanto en la UIA como en la Sociedad Rural, ganaron los sectores más inclinados a la derecha que, juntos a AEA que conducen Paolo Rocca y Héctor Magnetto, van por la desestabilización del gobierno nacional.
Todo este poder económico se suma a un férreo control de los medios hegemónicos que desde hace un año y medio atacan ferozmente al gobierno por cualquier medida económica o sanitaria. El año pasado trabajaron intensamente con marchas por la libertad, contra la cuarentena y el veneno en las vacunas. Con el aumento de contagiados y la segunda ola y el apoyo masivo de la población para vacunarse comenzaron una campaña por Pfizer y la presencialidad en las escuelas.
Muchos argentinos terminaron convencidos por la oposición y los medios que había que salir a la calle, que el virus era una simple gripe y hoy el país avanza hacia los 100.000 muertos. Es de manual ahora que la oposición y los medios hegemónicos culpen al gobierno por las muertes.
Con las posturas extremas del establishment económico, los medios hegemónicos y la oposición, Macri y Bullrich aparecen como mejores candidatos que las posturas más moderadas de Rodríguez Larreta, Vidal y Monzó.
A Macri no solo le preocupa mantener la conducción de Juntos por el Cambio sino mantener la jefatura opositora para frenar todas las denuncias judiciales que hay en su contra: enriquecimiento ilícito, la causa Correo, los parques eólicos, la de los peajes, la venta de Macri Air a Avianca y las que seguirán apareciendo sin olvidarnos que la causa de los espías donde su nombre podría aparecer como el jefe de una asociación ilícita ilegal. De allí que necesita controlar el armado de las listas de CABA y provincia de Buenos Aires.
El almuerzo tan esperado. El domingo volvió de Estados Unidos María Eugenia Vidal. La próxima semana almorzará a solas con el ex presidente. Hasta hoy, Vidal está decidida a no volver a la provincia de Buenos Aires luego del brutal fracaso electoral de 2019. Su sueño sería no competir este año y esperar ser la candidata presidencial en el 2023 en caso que el jefe porteño este muy desgastado o ser la candidata a conducir la ciudad en caso que Larreta vaya finalmente por la presidencial. Esta última propuesta de no participar en estas elecciones la llevaría al olvido político, por lo cual aceptará ser candidata por la ciudad pero no quiere competir con Patricia Bullrich, quien no dudará en tirarle con munición gruesa.
Macri en el almuerzo insistirá que vaya a provincia de Buenos Aires y que Patricia encabece en la ciudad. Ya en enero de 2019 la hizo retroceder en sus ambiciones presidenciales cuando la bajo de un hondazo y hasta no le permitió desdoblar las elecciones provinciales.
Macri aspira a que Patricia vaya por CABA y Vidal en Provincia pero puede llegar a acordar con Larreta qué Diego Santilli vaya a la provincia y Patricia en CABA, una forma de emparejar el sistema de fuerzas. En el caso que Larreta se oponga no descartan que el mismo Mauricio decida encabezar en CABA y Larreta ya no podrá presentarle lista porque implicaría la ruptura total del a oposición.
A un mes del cierre de listas la guerra por la conducción de la oposición está desatada, pero no la decidirá ni Macri ni Larreta. Las listas las armarán el establishment económico conducido por Paolo Rocca y Héctor Magnetto.