Los periodistas Ernesto Tenembaum y Reynaldo Sietecase criticaron las severas posturas anti K de Alfredo Leuco, tildándolo de “poco inteligente” y de “hacer negocio con la grieta, trabajando para un segmentito de dos o tres puntitos”, entre otras críticas, marcadamente ácidas.
En llamas, Leuco les respondió en “Le doy mi palabra”, su tradicional ciclo en las tardes de Radio Mitre, en una columna llena de ironías.
“Esta es una columna de agradecimiento a Ernesto Tenembaum y Reynaldo Sietecase, que son kirchneristas vergonzantes pero tienen una gran vocación docente”, arrancó Leuco en Mitre, señalando que sus colegas “deberían afiliarse al gremio de Roberto Baradel a quien admiran y respetan tanto. En una charla que tuvieron en radio, me explicaron cómo ser un buen periodista y no decir cualquier barbaridad como habitualmente digo. Por suerte fueron a fondo y además, me estuvieron aleccionando acerca de cómo ser una persona inteligente como son ellos que, como todo el mundo sabe, son brillantes”.
Le pido que escuche estos comentarios. Dice Tenembaum, que yo planteo que estamos viviendo un Cristinato y que él ve otra cosa totalmente distinta.
Mil disculpas Tenembaum si vos ves una cosa distinta. Pero yo opino que estamos en un claro Cristinato. Es una manera de rebautizar el “Unicato”, concepto que desde 1886, con la presidencia de Miguel Juárez Celman, resume el abuso y la concentración de poder basado en prebendas y castigos. Aquellos niveles de opresión parieron la “Revolución del Parque”, conducida por la naciente Unión Cívica de Leandro Alem, Hipólito Yrigoyen, Marcelo T de Alvear, Bartolomé Mitre y Aristóbulo del Valle, entre otros.
Tenembaum y Sietecase se refieren a la teoría del Cristinato. El Cristinato no tiene piedad ni contemplaciones con nadie. Avanza en forma autoritaria, a paso redoblado y tambor batiente. A eso también se le puede llamar nacional populismo o autocracia, como prefiere el presidente Joe Biden. No alertar sobre este peligro real y latente, relativizarlo todo el tiempo, también podría conducirnos a la palabra “cómplice”.
Pido disculpas por ser tan frontal y descarnado en mis adjetivos y opiniones. No me sale ser prudente ni moderado. Tal vez estoy equivocado. Pero sé que ser pecho frío cuando están pasando cosas tan graves en nuestro bendito país, es una tranquilizadora negación y un buen negocio. Pero hay límites. Valores que no deben medirse por la cobardía ni por la especulación.
Está a la vista que hay una incautación del cargo por parte de Cristina que es la única que conduce en el gobierno. Daniel Sabsay, tal vez el constitucionalista más importante del país, definió el gobierno como un “régimen vice presidencial” y aseguró, repito, que esa es la principal violación de la Constitución, en el artículo 87 que define como “unipersonal” al Poder Ejecutivo.
Pero sigamos con las enseñanzas que gentilmente me ofrecieron “los salieri de Horacio Verbitsky”. Lo digo porque “Seissieteochocase”, como lo llama Jorge Lanata que lo conoce bien, fue gran operador de esa mentira gigantesca llamada “Macri tiene su primer desaparecido” por Santiago Maldonado. Pocas cosas le hicieron tanto daño a la sagrada causa de los verdaderos desaparecidos como esa burda acción sicológica. Y Tenembaum debe ser la persona que más entrevistó amigablemente a Alberto Fernández y más contribuyó a otra falsedad gigantesca llamada “Alberto es bueno, moderado y va a contener la agresividad de Cristina”. ¿Cuántos reportajes le concedió Alberto a Ernesto? 50? Estoy exagerando? 40, 30, no tengo tiempo de hacer la cuenta. Pero es el periodista que más lo entrevistó y por el trato amable que le dio, Alberto, que es un pésimo presidente pero no come vidrio, siempre lo eligió como interlocutor. Es su preferido y todos sabemos porque.
Y Sietecase, experto en audiencia, dice que son los tres puntitos de rating de ese segmentito que quiere escuchar un discurso poco inteligente como el mío. Le cuento que trato de expresar lo que pienso, sin eufemismos ni gambetas al lenguaje. Y que eso, que él desprecia es mucha gente, ciudadanos que están angustiados por el rumbo autoritario y decadente del país. Y tal vez, sospecho que esos argentinos sienten que los respeto y no les miento. Que hablo con franqueza y que no me interesa ser políticamente correcto. Son miles y miles los oyentes y los televidentes. Y la inmensa mayoría de ellos, son laburantes honestos y patriotas. Salvo que crean que a mí me escuchan los oligarcas y a ustedes el proletariado industrial concentrado, vanguardia de la revolución bolchevique de Palermo Hollywood.
Por el amplio espectro, veo que son ciudadanos de todos los barrios y todas las clases sociales que se interesan por mis programas. De hecho hace años que lidero mi franja en audiencia tanto en radio como en televisión.
En otros fragmentos de la charla, los muchachos cristinistas, dicen que mis opiniones les producen risa porque son ridículas.
Me alegro que se diviertan barato. Siempre es más sano y menos perverso que banalizar la pedofilia.
Nunca me metí con ellos porque prefiero dar batallas de mayor envergadura. Discutir y criticar a los poderosos, por ejemplo. Y sobre todo cuando están en el poder, como el caso de Cristina, que es la más poderosa de todas. Pero ustedes abrieron las hostilidades y no tengo más remedio que recoger el guante. Retroceder nunca, rendirse jamás”.
1 comentario
¡Que interna se armó entre los gorilas! Parece que aquí también hay ala dura y ala blanda como en el macrismo.