Ya nadie le cree. Ni cuando acusa, ni cuando se victimiza ni cuando parece empática. El sino de la operadora ultramacrista hace rato que está escrito y ella no solo no intenta modificarlo, por el contrario lo engorda más y más.
Ayer, en otra vuelta de tuerca, se mostró furiosa por unas supuestas e incomprobables amenazas desde el gobierno para sacarla del aire de A24, un despropósito mayúsculo si los hay.
Y como era de esperarse, le echó la culpa al gobierno, al país, y a los políticos, porque ese es en definitiva su mensaje: la antipolítica. Aquí los mejores, o peores tramos de su editorial:
“Digo lo que pienso, como puede ser que les cueste entender que alguien dice lo que siente, es muy agotador sabiendo que todos los días llaman y llaman, no se bancan la radiografía …la verdad es dura, pero es la verdad, este país está decadente y es una locura todo y está todo mal, por más que a ustedes los aplaudan, tanto de un lado como del otro, veremos qué pasa en las urnas y que pasa en el 2023, que Alberto siga gobernando y a que a mí no me jodan más, déjenme decir lo que quiero, yo no opero, yo no sé operar, tengo mis preferencias, sé quien me gusta más y quién menos, quien me parece impresentable, mentiroso, corrupto, delincuente, yo digo lo que pienso, si un candidato me gusta, lo digo y eso me trae problemas. Hoy el periodismo es corrupción en Argentina, no hay políticos corruptos sin periodismo corrupto, ¿entienden?
“Les voy a meter el dedo en la llaga hasta que les duela mucho más, donde sea, no molesten a la gente que me contrata, tenés que estar de un lado o del otro y no estoy de ninguno de los dos lados, esto de llamar a los dueños que me contratan es de una bajeza chicos…si quieren que me vaya a casa me voy, déjense de joder”, expresó molesta Canosa.