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La Plata
28 marzo, 2024
PAÍS

En una carrera contrarreloj, el Gobierno avanzará con medidas que apunten al consumo y la reactivación

“La gente votó con el bolsillo”, se escuchó una y otra vez en las últimas 48 horas, para explicar, al menos en parte, el porqué de la derrota sufrida por el Gobierno en las elecciones del domingo último.

Está claro que, más allá del cimbronazo recibido por el oficialismo en las urnas, quedó demostrado y se acusó recibo de que, evidentemente, la campaña de vacunación no alcanzó para que el electorado acompañe.

Por eso mismo, en una auténtica carrera contrarreloj, el objetivo es volcar las energías de las próximas semanas que nos separan del 14 de noviembre –día de las legislativas- en anuncios vinculados al consumo y la reactivación.

Ya desde esta misma semana, y sin tiempo que perder, el Gobierno empezará a lanzar un paquete de medidas económicas, entre las que se destacan aumento a las jubilaciones y al salario mínimo, la suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, créditos para la industria y medidas que apunten a la reconversión de planes sociales en empleos formales.

En esa dirección se apunta al estímulo y asistencia a los hogares para sortear la actual situación de pandemia que ralentiza la recuperación económica. En ese paquete se destaca la vuelta del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), un bono que cobraron los hogares durante la primera ola de contagios y en medio del aislamiento total de la población, lo que permitió contener la situación de 8,9 millones de hogares.

Teniendo en cuenta que muchas personas lograron recuperar su actividad, este nuevo auxilio, cuyo nombre todavía no está definido, alcanzaría a entre 2 y 3 millones de hogares. “Estamos trabajando en identificar los hogares con problemas”, confirmaron fuentes oficiales.

Por ejemplo, los anuncios que se lanzarán el jueves próximo todavía se encuentran en preparación, pero irán en la línea de mejoras para los jubilados y la AUH vía Anses, créditos a tasa cero para apuntalar el consumo y medidas para mejorar el poder adquisitivo de los salarios.

Ayer, después de haber encabezado el acto por el “Compre argentino”, el presidente Alberto Fernández almorzó con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y los ministros Gabriel Katopodis y Juan Zabaleta, los tres funcionarios que conforman su mesa chica. Y ahí ccordaron armar un plan para las ocho semanas que quedan hasta las elecciones generales con una gestión muy activa, acelerar los programas en marcha y preparar medidas de alto impacto como respuesta a la dura derrota sufrida en las PASO.

“La respuesta la tiene que dar el Gobierno. Acá hay que gestionar, hay que resolver problemas. Es a través de acciones de gobierno, donde yo creo que nos podemos reposicionar y dar la pelea para el segundo tramo de la campaña”, afirmó anoche Leandro Santoro en declaraciones a C5N.

El candidato a diputado sostuvo que el Frente de Todos es consciente de la dificultad que existe en torno a la “pérdida de poder adquisitivo” y las políticas de ingreso: “La Argentina necesita esto, que haya dinero en la calle, dólares en el (Banco) Central, y que haya capacidad de crear las condiciones de consumo, y a partir de esa situación, esperar que el repunte de la economía termine acompañando”, opinó.

Por otra parte, y mientras desde algunos sectores del oficialismo presionan para que Fernández lleve adelante un cambio de Gabinete, cerca del presidente aseguran que por ahora no está en los planes recurrir a esa medida.

El principal apuntado desde sectores del kirchnerismo y de las organizaciones sociales es el ministro de Economía, Martín Guzmán, a quien acusan de ser demasiado ortodoxo en lo que se refiere al balance de las cuentas.

Lo que argumentaban en Casa Rosada es que, teniendo en cuenta el escaso tiempo hasta las elecciones nacionales, no tiene sentido pensar en cambios de ministros que difícilmente podrían imprimirle alguna dinámica a su gestión en sólo dos meses.

“El Gobierno tiene que actuar y tiene que gobernar, hay que ponerle plata en el bolsillo a la gente”, es la premisa dominante en el oficialismo sobre los pasos a seguir, por lo que saben que se impone la urgencia de concretar acciones creíbles y resultados palpables para los más necesitados en el corto plazo.

Mientras tanto, desde algunos sectores del Frente de Todos empezaron a evaluar la alternativa de convocar a una movilización para el 17 de octubre próximo, fecha emblemática para el peronismo, con el objetivo de transmitir que, lejos de mostrarse derrotado, el oficialismo en la calle buscará exteriorizar que será posible revertir el resultado en noviembre.

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