Hace 76 años, la oposición oligárquica y los medios de comunicación se horrorizaron al ver miles de “cabecitas negras”, gente común con su ropa de trabajo inundando las calles de Buenos Aires y pidiendo por el coronel Perón. Desde los balcones, las familias del patriciado vacuno, las señoras exaltadas por lo que pasaba en las calles espiaban desde los balcones. Circula en las redes un reportaje a Mariano Grondona, que cuenta que para él “eran marcianos”, no seres humanos estos obreros que copaban las calles hacia Plaza de Mayo el 17 de octubre.
Pasaron 76 años y pareciera que nada cambio. Hoy el diario La Nación titula: “Imágenes que causan estupor” con la firma de José Claudio Escribano. El peronismo en las calles causa terror a la derecha en este país. Hoy seguramente se horrorizaran más al ver las columnas obreras en el acto convocado por la CGT en Paseo Colón.
Los medios y el establishment económico quieren afuera a este gobierno. Como dijo Cristina el sábado: “con el peronismo los empresarios siempre ganan” pero su ideología miserable, angurrienta de no querer pagar impuestos o mejores salarios, los lleva a perder plata pero que los gobierne gente “como ellos”, de buenos modales.
No es un dato menor que la nota de hoy de La Nación fuera escrita por José Claudio Escribano. Es el mismo personaje que a solo 8 días de la primera vuelta en 2003, fuera a desayunar con Néstor Kirchner amenazándolo que si no hacían lo que “ellos querían” y se alineaba con Estados Unidos estaría un año en el poder y sería derrocado. Néstor le respondió que no había llegado a la presidencia para pensar en la Embajada de Estados Unidos y en los ricos y Escribano se fue ofuscado.
La Plaza se llenó y, más allá que muchos compañeros esperaban más gente, hubo mucha familia con hijos, jóvenes que se reencontraron, que se abrazaron después de casi dos años de pandemia y cargaron energías para el 14 de noviembre. “Hoy es un día peronista”, decía la gente y sonreía. Las patas estuvieron en las fuentes como hace 76 años. Todos sonreían y muchos se reencontraban y no dudaban en abrazarse. Y se cantó la “Marcha peronista” como hace años que no sucedía. Fue emocionante ver a jóvenes adolescentes y niños cantarla con tanto fervor.
Más allá que se gane o se pierda el 14 de noviembre, la militancia sabe que la única arma para defender los derechos es “ganar la calle”. Desde la oposición nos insultaran siempre, nos quieren eliminar por las buenas o por las malas.
Durante un año y medio, la gente estuvo encerrada y su único interlocutor fue la pantalla del televisor y, como dijo Cristina, nada bueno puede salir de ahí. Es necesario volver a la calle, a la militancia, es necesario volver a la discusión y al debate, a escuchar al otro, especialmente al más necesitado. De ahí saldrá la fortaleza para avanzar en el desarrollo del país, con todos adentro.