Durante dos meses, luego de la derrota de las PASO en la provincia de Buenos Aires, la oposición, los medios hegemónicos con sus campañas del miedo a partir de una inseguridad real, el establishment económico y los encuestadores “decían” que el oficialismo perdería por goleada en el territorio bonaerense.
El miedo existía, era real, pero el peronismo cree en la militancia, cree en el boca a boca y trabajo intensamente en un puerta a puerta donde intentó explicar que no se pudo hacer todo lo que se prometió por una pandemia que acechó al mundo. Pidió una nueva oportunidad para los próximos dos años y el pueblo decidió dar nuevamente un voto de confianza.
En solo dos meses, el FdT creció casi 600 mil votos y, aunque perdió por un punto, dejo una sensación de triunfo, una puerta abierta a la esperanza de recuperación para las elecciones de 2023.
Las causas del ‘triunfo’ fue un trabajo inmenso que tiene muchos protagonistas. El gobernador Axel Kicillof que decidió aceptar ‘abrir’ su gabinete y darle más espacio a los intendentes; el presidente y los ministros nacionales que bajaron fuerte al mano a mano con la gente y un destacado para los intendentes que trabajaron intensamente en acercarse al vecino que en el 2019 los había votado y que en las últimas PASO decidieron quedarse en su casa. Y por último la militancia del FdT, que incluye a los jóvenes de La Cámpora que se sumaron a recorrer cada barrio.
Un gran triunfo del FdT en la provincia de Buenos Aires es haber recuperado la mayoría en el Senado provincial. Hasta hoy Juntos por el Cambio tenía 26 senadores y 20 el oficialismo, con lo cual no pasaba ninguna ley que enviaba el gobernador. A partir del 10 de diciembre el Senado quedará 23 a 23 y definirá la vicegobernadora Verónica Magario. No solo es importante por las nuevas leyes que enviará el Ejecutivo sino que se intentará presionar para que el procurador Julio Conte Grand, un hombre del PRO que responde a la ex gobernadora Vidal, de un paso al costado y permita una justicia independiente.
La clave del triunfo de los nuevos tres senadores se dio en la Primera sección electoral, en la Cuarta y en la Séptima. En esta ultima, el FdT realizó una gran jugada al sumar al ex randazzista Eduardo “Bali” Bucca al oficialismo.
El peronismo perdió por un punto y hay que reconocerlo. El festejo fue porque estaba para el nocaut pero se recuperó y da la esperanza para hacer todo lo que hay que hacer en estos dos años. En primer lugar es sacar a los argentinos del 40 por ciento de pobreza donde el salario básico y las jubilaciones no cubren la canasta familiar.
Solo el FdT puede lograrlo, jamás la oposición que, esta vez, avisó que venía para sacar las indemnizaciones, vender las empresas nacionales y despedir a millones de empleados públicos.
Es tiempo de dejar de mirar la agenda de la oposición y hacer lo que se tiene que hacer. Que los medios hegemónicos, la oposición y el establishment griten que “esta vez” el peronismo murió para siempre.
En realidad nunca comprendieron al peronismo. No entienden que el pueblo es un una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. El peronismo es como el topo de la historia. A veces desaparece, porque el topo va por debajo de la tierra, pero nunca aparece para atrás, siempre va para adelante, siempre buscando la luz.
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