El gobierno del presidente Alberto Fernández anunció ayer que el crecimiento “se ubicará este año en torno del 10% luego de tres años de recesión, lo que es una buena noticia, y que estamos 2,8% arriba del nivel de diciembre de 2018”. Paralelamente los alimentos de la canasta familiar, más allá del esfuerzo del secretario de Comercio, siguen aumentando y destrozan lo salarios de los trabajadores.
La secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca Bocco, dijo que el crecimiento “se ubicará este año en torno del 10% luego de tres años de recesión, lo que es una buena noticia, y ya estamos 2,8% arriba del nivel de diciembre de 2018″. Luego agregó que el Gobierno “trabaja para la recuperación de las reservas”, y en ese sentido remarcó que para este año “ya tenemos un superávit comercial en torno de los US$ 13.900 millones, y es un número importante”.
Por otro lado, confirmó que se prevé pagar en estos días los US$ 1.892 millones al Fondo Monetario Internacional, el 18 de diciembre próximo.
Sobre la “modificación en la financiación para la compra paquetes y pasajes al extranjero”, manifestó: “lo que hacemos es cuidar las reservas para tener dólares suficientes para seguir creciendo. Ese es nuestro objetivo”.
Más allá del crecimiento a tasas chinas, el gobierno no puede frenar el precio de los alimentos y solo en los últimos 7 días de este mes , la canasta básica de alimentos superó el 2 por ciento. Según la consultora LCG, en la última semana de noviembre la suba de precios de los alimentos promedió 1,8%, por lo que se aceleró un punto en comparación a la semana anterior. Sin embargo, fue la quinta semana consecutiva con aumentos que superan el umbral del 1%, lo cual marca una fuerte aceleración de los productos esenciales.
Desde una perspectiva más amplia, el índice de alimentos y bebidas presentó una inflación mensual promedio de 2,4% en las últimas cuatro semanas y 3,7% medida punta a punta en las mismas semanas. Únicamente el rubro de carnes explica 45% de la inflación semanal.
Feletti, el secretario de Comercio, fue claro al plantear que si los productores de la carne o los cereales, no separan una parte para bajar la canasta familiar de los argentinos, habrá que subir las retenciones a las exportaciones pero desde el gobierno, tanto el ministro Kulfas como Domínguez, lo desautorizaron.
La vicepresidenta fue clara en su última carta del sábado pasado. Afirmó que hay que llegar a un acuerdo con el FMI pero que ese acuerdo no sea “un cepo” a la inclusión social y el crecimiento económico. Mucho más clara fue hace exactamente un año en el Estado Unido de La Plata, al afirmar que durante “el 2021 la economía va a crecer pero advirtió que ese crecimiento no se lo queden tres o cuatro vivos”. Fue allí que apuntó a
“alinear salarios, precios, sobre todo los de los alimentos, y tarifas” y graficó que “el 70 por ciento de la actividad económica se da gracias a la demanda” y recordó que en los “12 años y medio” de gobierno de Néstor Kirchner y de ella misma, lograron hacerlo.
En definitiva, más allá del crecimiento económico de la Argentina es fundamental que el gobierno tome las medidas necesarias para que llegue a la mesa de los argentinos. Si no lo hace, volverá a repetirse los resultados de las últimas elecciones donde el Frente de Todos perdió por 9 puntos frente a la oposición de Juntos por el Cambio.