Los incendios que está atravesando Corrientes, con casi 800.000 hectáreas quemadas y el 9 % de su territorio arrasado, deja mucho por analizar. Y recurriendo a esa doble vara que los caracteriza, desde el macrismo ponen el grito en el cielo, para pegarle con dureza a Alberto Fernández y, en particular, a su ministro de Medio Ambiente, Juan Cabandié.
Sin embargo, la situación que se vive por estos días en la provincia litoraleña no es peor que lo que ocurrió en 2016, cuando el entonces presidente Mauricio Macri le recortó el presupuesto a esta misma área.
Incluso, en aquel momento su ministro, el rabino Sergio Bergman, planteó que “el Gobierno nos redujo el presupuesto general y nosotros lo queríamos ampliar. Así que vamos a ver cómo hacemos para tener, por lo menos, las mismas herramientas del año pasado”.
Sin embargo, esto no fue lo más trágico, sino que después advirtió que “para el próximo verano lo más útil que podemos hacer es rezar”, en referencia a un posible incendio en alguna zona del Noroeste argentino, lamentables declaraciones que llamaron la atención de los ambientalistas. A pesar de esto, el funcionario por aquel se sentía más preparado que en los veranos anteriores, lo que es todavía más extremo.
A su vez, Bergman adelantó que no se veía “con la envergadura de lo que necesitamos” para la época de incendios, algo que un año después sucedió y dejó un saldo más duro del que está viviendo hoy Corrientes. De esta manera, queda en evidencia que el reclamo del macrismo en pedir más atención estatal a los casos es, al menos, hipócrita por donde se lo mire.