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28 marzo, 2024
PAÍS

Scioli como apuesta para amalgamar la tregua entre Alberto y Cristina

Por Alfredo Silletta

Alberto Pérez, el jefe de Gabinete de Daniel Scioli durante sus ocho años en la gobernación de Buenos Aires, impuso en aquellos días la frase “los machos del off”, para desbaratar lo que circulaba en los medios hegemónicos sobre hipotéticos enfrentamientos entre el gobernador y la presidenta Cristina Kirchner, o por parte de algunos funcionarios de la Casa Rosada.

La vicepresidenta fue la primera es salir a cuestionar a los funcionarios que, sin dar la cara, en off, mienten y utilizan periodistas. “Penoso y muy injusto”, señaló en un tuit Cristina. El presidente, rápido de reflejos, afirmó que es “éticamente reprochable” que se hable en off, y señaló que “comparte el malestar” expresado por la vicepresidenta.

Alberto Fernández se molestó con Matías Kulfas, no solo por el off que dinamitaba los primeros puentes tendidos por el presidente y la vicepresidenta el viernes en Tecnópolis por los 100 años de YPF, sino que ponía dudas sobre la licitación de sus funcionarios en la construcción del gasoducto Néstor Kirchner. No dudó, y le pidió la renuncia.

A partir de allí, el presidente meditó su reemplazo. Desde algunos sectores del gobierno y los medios hegemónicos presionaron para que el ministerio de Desarrollo Productivo sea ocupado por un albertista. “Sale uno y entra otro”, decían, para no ceder ante el kirchnerismo que hacía tiempo venía pidiendo la cabeza de Kulfas, un ministro “demasiado amigo de los empresarios”.

El presidente escuchó a varios dirigentes que visitaron la residencia de Olivos, pero finalmente en horas de la noche llamó a Daniel Scioli, que ya se encontraba en Brasilia, para pedirle que se sume al gobierno. La jugada del presidente fue muy importante en elegir a quien fue dos veces gobernador, vicepresidente y candidato presidencial en 2015, un dirigente que mantiene una relación fluida con la vicepresidenta y con los mandatarios provinciales.

Hace unos diez días, Scioli visitó a Cristina en su despacho del Senado y charlaron específicamente sobre el excelente trabajo de la embajada en promocionar los vínculos comerciales entre empresarios brasileños y argentinos. No solo eso, Scioli logró armonizar la relación entre Jair Bolsonaro y la Argentina, sin dejar de atender su amistad con Lula da Silva, hoy candidato presidencial en Brasil.

Más allá de que Alberto no llamó a Cristina para decidir la incorporación de Scioli al gabinete, fue una jugada que la vicepresidenta miró con simpatía. Desde hace tiempo considera que hay que ampliar la coalición y darle más juego político, incluso se dice que ve con buenos ojos que el presidente sume al ex gobernador Juan Manuel Urtubey.

La llegada de Agustín Rossi, a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) este fin de semana, también es otra movida del presidente en darle más juego y volumen político a su gobierno. A los nuevos nombres del Gabinete se suma el apoyo a los gobernadores que plantearon una ampliación de la corte a 25 miembros, y sus duras declaraciones contra los “ladrones de guante blanco”, en clara referencia al gobierno de Mauricio Macri.

Más allá de las afirmaciones mentirosas de los medios hegemónicos que hablan de “debilidad” de Alberto sobre Cristina, la realidad es que el presidente tiene claro que el Frente de Todos es un gobierno  que funciona con Cristina y él dentro, con lo bueno y lo malo, con discusiones, silencios o acuerdos.

El viernes en Tecnópolis hubo un primer acercamiento, y el sábado el presidente se encargó de fortificarlo al despedir a Kulfas y nombrar a  Daniel Scioli. Quizás el próximo gesto llegue por parte de Cristina y asista a la jura del hombre que según palabras del propio Néstor Kirchner fue el “mejor vicepresidente” y que en el año 2017 no dudó en sumarse a la boleta de Unidad Ciudadana para enfrentar al macrismo.

 

 

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