Por Fernanda Vallejos. “Algunos alumnos del Colegio de San Carlos mostraban un espíritu poco afecto a la sumisión. El 28 de mayo de 1796, un grupo de ‘colegiales’ se amotinó por las malas condiciones de alimentación y la reiteración de castigos corporales aplicados por los celadores…”
“Los acaudillaba un muchacho de 16 años, Juan Gregorio de Las Heras, futuro general e integrante del Ejército Libertador comandado por San Martín, y entre los ‘revoltosos’ se encontraban Bernardino Rivadavia, Antonio Sáenz, Manuel Dorrego, José Rondeau y Estanislao Soler.”
“Fue la primera ‘toma estudiantil’ registrada en el Río de la Plata, que el entonces virrey Melo sofocó enviando tropas del Regimiento Fijo de Buenos Aires”.
Quienes protestan activamente para manifestar su disidencia, hacerse oír y promover que las autoridades consideren sus posiciones respecto de las medidas que los afectan, no son delincuentes, como pretende construir la derecha que manda la policía a las casas y escuelas.
Las protestas, las disidencias, el ejercicio de la política, es parte constitutiva de la vida democrática. Todo el PRO, con Macri (que sostuvo que en un potencial 2do. gobierno habría que bancarse muertos) y Bullrich a la cabeza, hasta Larreta, expresa un proyecto no democrático.
Amén de la inexistencia de base legal para las supuestas acusaciones penales anunciadas x el intendente porteño, buscaron infundir temor para ahogar el espíritu de rebeldía. Lo que hicieron es lo que hace una dictadura: tratar como delincuentes a quienes manifiestan su disidencia.
Eso no es un proyecto democrático. Parecen decirnos que lo q sea delito o no, lo define el poder dominante, no la letra escrita del consenso democrático. Y que toda propuesta política q cuestione la dominación de los sectores q integran y/o representan, es, para ellos, ilegítima.
La ley sería, para ellos, simplemente una manera de legitimar la dominación de clase, no la expresión de un pacto colectivo de convivencia plural y democrática.
De allí que les resulte inaceptable cualquier discusión política y que nieguen lo partidario (Acuña dijo que la toma era “partidaria”) como la expresión legítima de diferentes proyectos en conflicto dentro de un orden democrático y de derecho.
Si ellos gobiernan, los demás deben obedecer y callarse (Bullrich ordenando a Larreta q demuestre que “con ellos no se jode”). Nos presentan un proyecto de dominación despótica. Ya vimos en la anécdota Las Heras la relación entre rebeldía estudiantil y lucha contra los despotismos.