“El desafío de estabilizar bajando la inflación sin generar daño es un desafío que nos propusimos todos los que asumimos la responsabilidad de esta crisis, y ningún mal resultado en un partido me va a sacar de la pelea en el campeonato por bajar la inflación”. Así, de manera contundente, lo aseguró el ministro de Economía, Sergio Massa, quien enfatizó que “el objetivo de bajar a la mitad la inflación que recibimos, no cambió”.
El funcionario resaltó que “en el momento que planificamos no pensábamos que íbamos a tener una sequía que (…) te modifica todo”. “Lo más difícil es administrar expectativas, sobre todo porque me tocó asumir en medio de una crisis política y económica: 7,4 por ciento de inflación, reservas negativas, con un enorme deterioro en la balanza comercial; y además con precios relativos absolutamente desacomodados”, sostuvo.
“La primera restricción desafiante que tenemos para los próximos 12 meses es imaginar cómo encontramos un punto en el cual seamos atractivos para todo lo que es el sector agroexportador argentino, porque eso nos pesa en reservas; porque Argentina necesita acumular reservas, pero también cómo las usamos para sostener el nivel de actividad”, señaló en el programa Conecta2 de CNN en español.
Asimismo, el titular de la cartera económica planteó la necesidad de entender que “es importante que cada Pyme argentina, que cada empresa argentina que produce bienes tenga los dólares para aumentar la oferta de bienes porque, en definitiva, parte del problema inflacionario tiene que ver con dos años y medio sin acceso al crédito, financiándonos con emisión, con 6 puntos de déficit solo apalancado en la asistencia del Tesoro”.
Massa señaló que “había que sostener empresas, había que sostener el ingreso de gente que estaba en la informalidad y tenía que pagar sus mínimas cuentas a fin de mes; y bueno, todo eso es como en tu casa: si vos te financiás con la tarjeta y no tenés ingresos y no generás ingresos con trabajo, hay un momento en que el rubro de los intereses de la tarjeta se te vuelve una montaña difícil de absorber y es el momento de parar la pelota, de poner orden, de trabajar seriamente”.
Por eso, agregó, “tomar medidas que por ahí no son las más agradables: cuando uno se pone rígido a la hora de controlar el gasto, cuando uno se pone metódico a la hora de cumplir los objetivos que Argentina tiene firmados a nivel internacional, cuando uno se pone obsesivo con que la inversión pública sea de impacto real y no sea simplemente el reparto de pesos a jurisdicciones, tiene que ver con bien usar, con usar de la mejor manera posible, los recursos que tenemos”.
Aseguró que “me pongo desafíos difíciles y no me preocupa que me digan ‘no cumplió con tal número’. Mientras yo vea que el trabajo que hacemos garantiza de alguna manera estabilidad para la gente, crecimiento, estabilidad en el empleo y una lenta mejora en la recuperación del ingreso, voy a seguir peleando”.
Con relación a los múltiples tipos de cambio, indicó que “Argentina tiene que encaminarse hacia la simplificación de ese proceso, tratando de equilibrar las pilas de entrada y salida de lo que son bienes de producción, bienes de consumo, y tratando de equilibrar las pilas de lo que son salida de suntuarios o productos que ya tienen precios de alguna manera dolarizados”.
En otro orden, afirmó que “la deuda en pesos es absolutamente sustentable y va a quedar además en los próximos días claro y demostrado, cuando nosotros terminemos de cerrar el segundo trimestre, que es el único de este año al que le queda, digamos, un fuerte componente, no intra Estado, sino un fuerte componente de participación de los bancos, de los fondos comunes de inversión y de las compañías de seguros”.
Consultado sobre el futuro de la deuda, Massa aseguró que “no solamente no es impagable, sino que, superado el segundo trimestre, el próximo gobierno va a tener un perfil y una curva para el 24 y el 25 mucho mejor de la que le tocó a este gobierno cuando arrancó en términos de producto”, remarcó.
Y acerca de si es cumplible el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), afirmó que “sí, claro, sí, sí”, al tiempo que aclaró que “el planteo tiene que ser cómo multiplicamos la generación de dólares a partir de las cuatro ventajas que Argentina tiene para los próximos años. Y esa tiene que ser la discusión de fondo en el país”.