El Papa francisco apuntó contra los medios de comunicación por su connivencia con la Justicia, conocido como lawfare, el internismo en los partidos políticos, el avance de la ultraderecha y el crecimiento de las sectas en América Latina.
En una muy interesante charla con Gustavo Sylvestre para C5N se refirió a la persecución política a través de la justicia: “El lawfare empieza a través de los medios de comunicación, que descalifican y meten sospecha de un delito. Se hacen esos sumarios grandísimos y para condenar basta el volumen, aunque no se encuentra el delito”. En esa línea, señaló que “así condenaron a Lula da Silva”, actual presidente de Brasil e intentaron hacer lo mismo con la exmandataria brasileña Dilma Rousseff, aunque “no pudieron” lograrlo porque es “una mujer de manos limpias”.
Refiriéndose al lawfare, tras asegurar que sus resultados “se ven en Argentina, el Papa Francisco marcó: “Con el olor del delito, a veces el humo te lleva al fuego del delito. Otras veces es un humo que se pierde porque no tiene fundamentos. El lawfare usan el humo del delito como realidad y empiezan con los medios de comunicación a dejar a la persona offside y después es más fácil proceder”. Y agregó: “Un juez siempre crea jurisdicción pero tiene que ser armónica con el derecho, cuando te encontrás un juez que crea jurisdicción opuesta al derecho, es un chantapufi”.
Una vez más, el Papa se mostró preocupado por el crecimiento de las sectas en América Latina. “ Hay que discernir entre las iglesias evangélicas y las sectas. Cuando Lula estuvo preso me reuní con veces con las comisiones que luchaban por su libertad. Allí, conocí una teologa brasileña, una mujer luterana, a la que le pregunte que opinión tenía y ella me contesto no son iglesia ni cristianos son políticos que usan la religión y allí habló de sectas. En América Latina hay que estar muy abiertos entre lo que es una iglesia evangélica de una secta.
Hace un tiempo atrás, el Papa en otra entrevista para Perfil reconoció que dentro del catolicismo “hemos conocido desvíos de ese tipo”. Y ahondó sobre el sectarismo en algunos sectores propios donde expresó que hay movimientos católicos donde a los jóvenes los sectarizan, algunas congregaciones nuevas fundadas en Argentina, que forman seminaristas sectarios, cerrados. Tuvimos que disolver tres congregaciones nuevas en la Argentina por esta mentalidad sectaria, cerrada, que en el fondo hay una presunción de salvadores de la patria”.
En otro tramo, Francisco afirmó que “el internismo es dañoso y destruye la afiliación política”, advirtió sobre el surgimiento de “un salvador sin historia” y llamó al pueblo argentino a preguntarse si es “huérfano” de patria.
“Nos encantan las internas a nosotros, armar una interna sobre cualquier cosa. El internismo nuestro es dañoso, a tal punto que a veces es más fuerte que las pertenencias clave”, señaló.
Y subrayó: “El internismo destruye la afiliación política. Toda esa interna va resquebrajando la afiliación política y se forman diversos sectores que no tienen convocatoria”.
En ese sentido, mencionó el libro Síndrome 1933, de Siegmund Ginzberg, “que narra el internismo tremendo que había en Alemania después del gobierno de Weimar y no encontraban quién llevara adelante las cosas”.
En ese contexto se presentó “un político nuevo que se llamaba Adolfo (Hitler), uno que nadie conocía, no conocían sus raíces ni su convicción y así terminamos”, indicó en referencia al contexto político en Alemania antes del Holocausto.
“Le tengo miedo a los salvadores sin historia. Cuando viene un salvador sin historia, sospechá”, advirtió el pontífice. Además, afirmó que el internismo “es el triunfo del egoísmo sobre el comunitarismo”. Y se preguntó: “¿Tenemos conciencia de la Nación Argentina, sus límites, tenemos conciencia de patria?”.
“¿Estamos seguros los argentinos de que no somos huérfanos de patria? ¿Nos hemos encontrado con la madre patria que es superior a los conflictos y los partidos? ¿luchamos por la patria o no creemos en ella?”, continuó.
En otro tramo volvió sobre su preocupación por el avance de la ultraderecha. “Se recompone siempre porque es centrípeta, no centrífuga. No crea hacia afuera posibilidades de reforma. Si vos querés discutir con un político o pensador de ultraderecha, hablá de justicia social, hablá en horizontal”, expuso.
La charla completa: