Radiografía del conurbano: El triunfo de los intendentes peronistas y el crecimiento de Milei en los barrios más pobres 

Desde el bunker de Unión por la Patria había tranquilidad que Axel Kicillof fue el candidato más votado con un 36 por ciento sobre el 32% de los votos de Juntos por el Cambio (sumando los dos candidatos) y un 24% de Carolina Piparo por La Libertad Avanza. La suma de los votos de Sergio Massa y Juan Grabois dan el mismo número que el gobernador por lo cual no hubo corte de boleta en esos tramos. Si hubo, cómo es tradicional, un corte fuerte a favor de los intendentes del Gran Buenos Aires, ya que algunos superaron el 50 por ciento de los votos.

El otro dato fundamental es que hubo mucho ausentismo, por lo cual Unión por la Patria debe ir a buscar esos votantes y un crecimiento exponencial de Javier Milei que lo dejo cómo segunda fuerza en muchos municipios.

En la primera sección electoral UxP logró un 35,9%  sobre JxC que logró un 32,7% con un 24,2% de LLA y en la tercera sección electoral UxP logró un 41,6% sobre un 26,7 de JxC y un 23,7% de LLA.

En la primera sección electoral, Leonardo Nardini de Malvinas Argentinas obtuvo un importante triunfo con el  49,92%  sobre un 22,62% de LLA y un 19,74% de JxC; En Pilar, Federico Achával tuvo un gran resultado con el 51,52% sobre el 22,12% de JxC y 21,82% a LLA; En San Martín, Fernando Moreira de UxP logró un 40,95% sobre el 30,76% y LLA  un 22,14%; en Merlo, le fue mal a Gustavo Menéndez con solo un 31,59%, más allá que ganó sobre LLA que obtuvo el 23,7% y un 22,39 de JxC. En Tigre, la sorpresa fue el actual intendente Julio Zamora que con boleta corta le ganó la interna a Malena Galmarini que sumados lograron un 49,87% sobre un 25,34 de JxC uy un 19,44% de LLA.

En la populosa tercera sección electoral, Jorge Ferraresi realizó una extraordinaria elección en Avellaneda con el 48,3% sobre el 24,4% de JxC y un 24,1% de LLA; en Almirante Brown, Mariano Cascallares logró un 42,8% sobre un 24,4 de JxC y un 24,1 de LLA; en Lomas de Zamora Federico Otermín obtuvo un 41,9% sobre un 28,28% de JxC y un 22,27% de LLA; en Berazategui Juan José Mussi un 48% sobre el 22% de LLA y un 21% de JxC; en Quilmes Mayra Mendoza logró un 40,5% sobre un 34,67% de JxC y un 17,67% de LLA; en Florencio Varela, Andrés Watson un 44,12% sobre un 25,89% de LLA y un 20,63% de JxC; en La Matanza, finalmente Fernando Espinoza le ganó a la candidata del Movimiento Evita y la suma dio un 44,81% sobre LLA con el 23,07% y un 22,82% de JxC; en Ensenada Mario Secco logró un 58,60% de los votos sobre un 19,17% de JxC y un 15,98 de LLA.

La primera lectura que hay que hacer es que el peronismo perdió 16 puntos en relación a las PASO de 2019 en el Gran Buenos Aires y los intendentes, aunque ganaron, también bajaron en los porcentajes. La difícil situación económica, la inflación y la inseguridad hicieron mella en el peronismo, más allá de la buena gestión de Axel Kicillof en Salud y Educación y la gran cantidad de obra pública.

Ya vendrán los análisis sociológicos del voto a Milei, especialmente de los jóvenes en los barrios pobres del conurbano. Millones de bonaerenses están hartos del peronismo y del macrismo y se sintieron representados por ese voto de rebeldía del candidato de La Libertad Avanza. Va más allá de lo ideológico y es el hartazgo con la democracia tradicional que no le da respuesta a sus necesidades. Entre Milei, Bolsonaro o Trump no hay mucha diferencia, la gente los voto a ellos, no tanto a sus ideas de una derecha rancia.

El voto de La Libertad Avanza se parece demasiado al que “Se vayan todos” de 2001 y si los políticos, especialmente el peronismo no sale a dar respuestas rápidas y concretas a la gente, especialmente a los más vulnerables, olvidémonos de ganar en octubre. 

El peronismo es el único partido que se puede recuperar en los próximos dos meses si hay respuestas concretas y contundentes hacia la población. Llegó el momento de pensar menos en el FMI y sus burócratas y pensar más en millones de argentinos que nos votaron hace cuatro años y hoy están decepcionados.

El 4 de noviembre de 1983, luego de la derrota del peronismo en manos de Alfonsín, el genial Leonardo Favio publicó una carta abierta que decía así:

“Compañero, ¿Qué haces sentado a la orilla del camino de la desesperanza? No hay tiempo para ello. No nos lo podemos permitir. Así nos señalan nuestros mártires, nuestra desolada América y la vida que avanza. Ser peronista hoy, más que nunca, es una ineludible responsabilidad. Aquí comienza la tarea de la reconstrucción de nuestro movimiento. ‘El cruce del desierto’ que debemos iniciar extirpando quirúrgicamente de las entrañas del mismo a los ‘traidores expertos en roscas’ que nos llevaron a postergar nuevamente nuestro sueño revolucionario, prolongando así el dolor de tanta gente”.

A militar todos los días para convencer a los argentinos que la única forma de salir adelante es con más trabajo y más derechos. “Tiza, carbón y corazón” para ganar en octubre.