La obsesión de Mauricio Macri para quedarse con Boca a como dé lugar, no tiene límites. En las últimas horas, sin disimular su furia, disparó con munición gruesa contra el ídolo y candidato presidencial Juan Román Riquelme, y hasta deslizó la posibilidad de que la Justicia disponga una intervención al club si las elecciones no se hicieran el próximo domingo 17, y en consecuencia pasarían para el año venidero.
En una conferencia de prensa acompañado por Andrés Ibarra, postulante a presidir a la institución xeneize, Macri, en su rol de candidato a vice dijo que “el oficialismo no puede continuar conduciendo el club con mandato vencido. Me imagino y nos imaginamos que la Justicia dirá algo”. El mandato de Jorge Amor Ameal como presidente y Riquelme como vice vence el miércoles 20 de diciembre.
Macri también dijo que Antonia, su hija menor, fue amenazada, por lo cual presentó una denuncia para que se investigue quién fue el autor de esas amenazas. La causa recayó en el juzgado de su amiga María Eugenia Capuchetti, la misma jueza que se viene rehusando a profundizar la investigación de los autores intelectuales del atentado contra Cristina Kirchner. Inmediatamente después de haberse abierto el expediente, la magistrada declaró el secreto de sumario.
La denuncia y la nueva batería de acusaciones de Macri contra Riquelme, se conoció en el mismo día en que por la mañana se designó al juez Sebastián Francisco Font, titular del Juzgado civil número 36, para entender en el expediente por la suspensión de los comicios y por la tarde, la Cámara de Apelaciones en lo Civil revocó el pedido de recusación que Boca le formuló a la jueza Alejandra Débora Abrevaya y le ordenó al juez Font que le devuelva la causa abierta por la presunta inclusión indebida de 13.364 socios adherentes al padrón de socios activos cerrado al 31 de diciembre de 2021.
“Juan Román Riquelme, si tenés el culo limpio, limpiá el padrón y votamos el 17 de diciembre. Hablemos de propuestas y de gestión y no mientan más muchachos” lanzó Macri en su habitual tono de patotero, al tiempo que acusó al ídolo de no tener ninguna propuesta. “Lo que le hizo a Boca es peor que lo que Passarella le hizo a River. Si seguimos de esta manera, el club va a estar cada vez peor”, dijo.
Por su parte, Andrés Ibarra comentó que en la marcha del domingo pasada que convocó el oficialismo entre el Parque Lezama y la Bombonera “hubo mucha gente que no tenía nada que ver con el club y el fútbol de Boca”.
Macri agregó que “el banderazo fue escoltado por la dirigencia kirchnerista, eran militantes, no eran socios de Boca y esto ya lo hemos visto en el país. Han invadido de mentiras hasta las redes sociales oficiales del club. Boca es un club tomado por la arbitrariedad de él y está en verdadero peligro. ¿Hasta dónde vamos a llegar?” se preguntó el ex presidente con tono de enojo.
Desde el oficialismo se viene indicando que, si efectivamente no se pudiera votar el domingo 17 de diciembre y los comicios pasaran a marzo de 2024, Riquelme no perderá el tiempo con un técnico interino y saldrá a buscar uno definitivo para que arme el plantel de cara al año que viene (el actual entrenador de Huracán Diego Martínez parece ser el principal candidato). Además, evalúa traer entre cuatro o cinco refuerzos de nivel.
Queda claro entonces que Ibarra y Macri quieren evitar que sea Riquelme quien resuelva estas cuestiones estratégicas para un club de la inmensidad de Boca y por eso, anticiparon que podría haber algún tipo de intervención judicial luego del 20 de diciembre que es la fecha en la que caduca el actual mandato. La idea de la oposición es votar con Mariano Cúneo Libarona como ministro de Justicia de Javier Milei, y nuevas autoridades en la Inspección General de Justicia.
Macri e Ibarra son conscientes que en la calle y en la tribuna, Riquelme es casi invulnerable. Por eso, tratarán de torcer la elección en los estrados judiciales donde demuestran su descaro para obtener fallos beneficiosos de jueces afines. O que por lo menos le deben al ex presidente el favor de su designación.