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La canciller Diana Mondino, qué muy diplomática no es, tiene en mente nombrar cómo embajador en el Vaticano a un acérrimo enemigo del Papa Francisco, con lo cual hay muchas posibilidades que el Pontífice suspenda su viaje a la Argentina.
Tanto la Embajada cómo la Secretaria de Culto están sin funcionarios, por lo cual el diálogo es difícil de llevar entre las autoridades de la Santa Sede y el gobierno argentino. Hasta el 10 de diciembre, Guillermo Oliveri fue un funcionario con excelente contactos con el Vaticano y en la sede del Vaticano estaba la diplomática María Fernanda Silvia, primera mujer embajadora y amiga de Francisco cuando era Jorge Bergoglio.
La preocupación es que la canciller Mondino tiene en carpeta el nombramiento de Jorge O’Reilly, un numerario del Opus Dei, empresario inmobiliario, muy vinculado a grupos preconciliares de la Iglesia y responsable de uno de los ataques más virulentos que recibió Bergoglio cuando fue Arzobispo de Buenos Aires.
En el año 2008, cuando Sergio Massa fue Jefe de Gabinete de Cristina Kirchner, permitió que su principal asesor ad honórem de la jefatura de Gabinete con despacho en Casa Rosada, el empresario Jorge O’Reilly, organizara junto al Cardenal Ángelo Sodero y el arzobispo de La Plata Héctor Aguer, que el Papa Benedicto XVI desplazara del arzobispado de Buenos Aires al cardenal Jorge Bergoglio, para poner a su amigo Aguer, vinculado a los sectores conservadores de la Iglesia Católica. Enterado de esta situación, Bergoglio, que tenía canales directos con Benedicto XVI, frenó la operación y además se encargó que O’Reilly no llegara a la embajada del Vaticano.
Bergoglio, que tiene buena memoria, nunca recibió a Sergio Massa en la Santa Sede y se encargó de jubilar a los 75 años al arzobispo de La Plata.
O’Reilly es uno de los más importantes desarrolladores inmobiliario de Tigre, además de ser un numerario del Opus Dei, patrocina a grupos sectarios de derecha dentro de la Iglesia Católica. El empresario es dueño del barrio privado San Benito, en Ingeniero Maschwitz, donde viven familias del Opus Dei y está instalada la Orden San Elías, un grupo de extrema derecha creado por el sacerdote Javier Olivera Ravasi, hijo del mayor del Ejército Jorge Antonio Olivera, condenado a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad. En San Juan, donde operaba durante la dictadura militar, recibió el mote de “carnicero de San Juan”.
Hoy el padre Olivera Ravasi mantiene un vínculo estrecho con la vicepresidenta Victoria Villarruel, muy cercana a sectores integristas y preconciliares cómo la Fraternidad San Pío X.