Luego de casi dos semanas de un frio polar que produjo varias muertes de argentinos que viven en la intemperie por la crítica situación económica, los altos alquileres y la creciente desocupación, el obispo García Cuerva le dijo en la cara a Milei: “hoy no hay tiempo para la indiferencia, no nos podemos lavar la manos, o somos hermanos o se viene todo abajo”. Es en este marco llamó a “construir la fraternidad, mirarnos a los ojos y sentirnos hermanos, forjar la unidad entre los argentinos más allá de las diferencias, nadie es prescindible, nadie es descartable”.
La respuesta de Milei ante el frío polar lo pinta de cuerpo entero. El presidente se encargó de contar que le había subido un grado la temperatura en Olivos a sus perros Conan, Murray, Milton, Robert y Lucas.
Vergüenza ajena.