Cristina Kirchner ha decidido jugar. Ayer comenzó un operativo clamor para que asuma la presidencia del PJ nacional. Aparecieron tuits de Wado de Pedro, Maya Mendoza, dirigentes políticos como Juliana Di Tullio, José Luis Gioja, Teresa García, el dirigente sindical de ATE Daniel “Tano” Catalano e intendentes bonaerenses. Hasta hoy hubo silencio de los gobernadores más importantes, quienes estaban trabajando para la candidatura de Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja.
Cristina es, hoy por hoy, la dirigente más importante del peronismo, dos veces presidenta y una vez vicepresidenta. Más allá de que todavía no habló, hubo gestos concretos cuando apareció públicamente en una recorrida por La Matanza y avisó con una simple frase: “Nosotros estamos en la segunda mitad de la vida, pero con mucho para ofrecer a todos y todas”.
Por estas horas, solo hay especulaciones sobre la decisión de la ex presidenta para presidir el PJ Nacional, un órgano político que nunca le interesó ocupar. Los viejos dirigentes creen que ella está decidida a “ordenar” la interna partidaria, especialmente entre Axel Kicillof, la principal figura del kirchnerismo, y La Cámpora, que conduce Máximo Kirchner. Una ruptura interna el próximo año sería muy perjudicial para el peronismo y solo beneficiaría a los libertarios.
La segunda razón, según los que saben, es no permitir que el peronismo se incline demasiado hacia la derecha. Hay que plantarse con las banderas históricas del peronismo: Justicia social, Independencia económica, Soberanía política y Derechos Humanos, la bandera que incorporó Néstor Kirchner cuando fue presidente.
Las dudas y las comparaciones con la conducción de Perón
Más allá de que Cristina podría recibir en los próximos meses un fallo condenatorio de la Corte Suprema de Justicia que le impida ocupar un cargo electivo, nada le impide ser presidenta del mayor partido de la oposición. Desde una perspectiva internacional, no es lo mismo condenar a una abuela que cuida a sus nietos que a la presidenta del PJ Nacional. Juan Domingo Perón estuvo proscrito, condenado y exiliado por 17 años, pero siempre manejó las riendas del peronismo.
Al igual que con Perón, muchos quieren jubilar a Cristina. No es tan fácil. En 1965, luego del fracaso de la Operación Retorno, muchos peronistas, con el “Lobo” Vandor a la cabeza, decidieron jubilar a Perón con la frase: “Para salvar a Perón, hay que estar contra Perón”. Había elecciones en Mendoza y Perón puso a su propio candidato, quien ganó frente al candidato de Vandor. El general fue contundente: “Muchos ya se están probando mi ropa, pero creo que a los candidatos de marras les queda grande por ahora”.
Salvando las distancias, si alguien quiere vencer a Cristina deberá presentar su propia línea interna. Ella tiene los pergaminos para conducir el peronismo. La principal duda es si Cristina quiere conducir solo a su núcleo más cercano o ser la líder de todo el peronismo. Y aquí, otra vez, recordamos a Perón en la histórica entrevista de Solanas-Getino de 1971:
“La conducción debe ejercer sobre todas las fuerzas, sin violencia, su acción persuasiva, que es lo que trato de hacer yo. Es decir, que el que conduce el conjunto debe ser una suerte de Padre Eterno que bendice urbi et orbe e influencia a todos para que esa bendición los alcance, encaminándolos hacia el objetivo y desviándolos de los objetivos sospechosos que sostienen intereses parciales…”
En los próximos días habrá dos movidas que pueden sumar hacia adentro del peronismo o centrifugar hacia fuera. La primera estará a cargo de Máximo Kirchner, quien tiene programado un encuentro del peronismo en Monte Hermoso. Es clave que el dirigente de La Cámpora baje su enfrentamiento con el gobierno de Kicillof y se enfoque solo en sus críticas al presidente Milei. Por otro lado, el próximo lunes, el gobernador Quintela realizará un acto en Avellaneda junto al intendente Jorge Ferraresi, muy enfrentado con La Cámpora. Aquí también es importante bajar los decibeles.
Cristina deberá conducir para todos y con todos. Es importante que sume a los gobernadores del peronismo; quizás Quintela debería ser el vicepresidente, sumando a dirigentes sindicales y sociales, y obviamente, aunque no ocupe ningún cargo, a la figura de Kicillof, hoy el dirigente más importante que gestiona la provincia más grande del país.
El primer paso será Cristina presidenta del PJ Nacional con Todos y, a partir de allí, el peronismo deberá trabajar intensamente en nuevas ideas para volver a enamorar. La década ganada fue importante, pero no alcanza. Hay que llegar nuevamente a esos jóvenes que nos rechazaron y votaron al libertario. Hay que pensar nuevas ideas y recuperar la sensibilidad que siempre tuvo el peronismo para llegar a todos los sectores sociales, especialmente a los que más sufren las políticas libertarias.
El peronismo sigue siendo atractivo para ciertos sectores de la sociedad, pero necesita adaptarse a estas nuevas realidades económicas y laborales. Pero no solo en campañas de marketing digital o cuando hay elecciones, sino en sus planteos, propuestas y programas para gobernar y resolver problemas.
Cristina con todos será el primer paso. Luego vendrá la tarea de renovar y escuchar nuevas canciones. El peronismo lo hizo en 1945, lo hizo en la resistencia, con la renovación peronista en 1985 y con Néstor Kirchner en 2003. Habrá que hacerlo nuevamente, encontrando nuevos argumentos.
Decía el general:
1 comentario
[…] Tras los pasos de Perón, Cristina asume la conducción del peronismo […]