Cristina Kirchner desafió a Javier Milei a votar el próximo miércoles la expulsión de Edgardo Kueider, el senador aliado de la Casa Rosada, preso en Paraguay por intentar ingresar ilegalmente una mochila con más de 200 mil dólares.
“Fijate que tu Vicepresidenta no se olvide de convocar a sesionar y que tus 6 senadores bajen al recinto para dar quórum”, lanzó por X (ex Twitter) la ex presidenta, y agregó: “¿O Kueider es tuyo y lo van a dejar seguir siendo senador porque tienen miedo que hable?”.
Por supuesto este contundente mensaje cayó como un misil en el mileismo. De ahí que la titular del Senado, Victoria Villarruel, “no sabe qué hacer”. “Si convoca formalmente a sesión, se arriesga a un nuevo ataque de Santiago Caputo (el asesor estrella de Milei) y, si no convoca, el peronismo podría forzar la apertura del recinto igual y sería un escándalo”, explicaron.
Kueider fue detenido días atrás junto a su secretaria Iara Guinsel Costa al intentar ingresar a Paraguay con más de 200 mil dólares, 3,9 millones de pesos argentinos y 640 mil guaraníes sin declarar. Mientras se resuelve su situación, ya que fue imputado por contrabando y es investigado por coimas y enriquecimiento ilícito, el senador cercano al gobierno de Milei pidió licencia, la cual puede ser prorrogada.
Así, convencido de que para complicar sus planes en el Congreso Cristina moverá sus fichas para avanzar con la destitución del senador Kueider, el Gobierno se prepara para fijar una posición ante una eventual votación en el Senado.
Si bien no hubo ninguna voz oficial que avalara la expulsión del legislador entrerriano, Milei pidió “que se haga cargo el kirchnerismo”, lo que condiciona la intención de que no avance el proyecto presentado por el bloque de senadores de Unión por la Patria para pedir “la inmediata expulsión por inhabilidad moral sobreviniente”.
Pero es imposible escindir el exceso en la cautela por parte del Gobierno con la conveniencia política de sostener a Kueider: es que, de ser removido, su lugar sería ocupado por la camporista Stefanía Cora, quien lo secundó en la lista.
El hecho es que la expulsión de Kueider sería casi inevitable, según las cuentas que hacen en el peronismo. A los 33 senadores de UP, en un despacho identificado con un gobernador, agregan a Carlos Omar Arce y Sonia Rojas Decut, quienes habrían recibido directivas del misionero Hugo Passalacqua de acompañar su destitución.
Y en las últimas horas Luis Juez se mostró a favor de la expulsión de su par de Entre Ríos. “No me importa si perdemos la mayoría ni quién lo va a reemplazar. Lo que hizo Kueider nos lastima enormemente y no tiene que haber especulación con este tema. En estas cosas no podemos regalarle las banderas de la lucha contra la corrupción”, afirmó.
En tanto, la bancada libertaria luce desorientada, acaso sin línea. Hasta los radicales, que evitaron cualquier precisión en público, reconocen que lo del entrerriano les resulta indefendible.
Para colmo, la amenaza de alentar un proyecto que permita expulsar a todos los legisladores que tengan causas abiertas por corrupción, diseñada en las usinas de Caputo para tratar de distraer, cayó en saco roto. “Era para decir que no nos pisemos el poncho entre nosotros”, tradujeron cerca de uno de los aliados del gobierno.
Así, la Casa Rosada no sólo perdería a un aliado para impulsar a sus proyectos más complejos, sino que el bloque de Unión por la Patria sumaría una soldada incondicional de Cristina y con 34 escaños quedaría a sólo tres del quórum propio. “Complicaría el número y cambiaría la relación de fuerzas”, reconocen en La Libertad Avanza.
En el entorno presidencial admiten que al oficialismo le “vendría mejor si (Kueider) se toma licencia” y no es expulsado ni renuncia, porque de esa manera quedaría con 71 senadores y bloquearía el ingreso de la dirigente camporista.
En ese sentido, si bien sostienen que se debe “respetar el debido proceso” y aseguran no estar de acuerdo con removerlo ya que antes “debe investigar primero la Justicia”, reconocen que “será difícil” plantar bandera para amparar a Kueider. “Si decimos que es de ellos, entonces ¿por qué nos opondríamos si ellos quieren echarlo?”, interpelaron cerca de Milei.