En tiempos de campaña, Javier Milei prometía una y otra vez que los ajustes que pondría en marcha en caso de ser electo presidente, recaerían sobre los “privilegios de la casta”. Sin embargo, transcurrido algo más de un año desde que asumió, los resultados están a la vista y reflejan con crudeza que los recortes cayeron en realidad sobre los sectores más vulnerables de la sociedad argentina.
Cerrado el ejercicio 2024, las cifras de ajuste son más que contundentes: el mayor recorte del gasto primario recayó sobre jubilaciones y pensiones, que representa el 47% de las erogaciones del Estado, mientras que en términos reales la motosierra caló hondo en las transferencias a las provincias –afectando salarios de empleados públicos, docentes, policías y obras de infraestructura—, en subsidios económicos y programas sociales.
Según precisa hoy El Destape, el año terminó también con un nivel de ingresos total de la administración pública en picada. Cerró con una caída acumulada del 4,7%, explicada por la recesión económica que generó el Gobierno para frenar la inflación. Este deterioro de los ingresos anticipa una segunda vuelta de ajuste que volverá a recaer lejos de la casta.
“En diciembre el gasto primario real devengado registró una caída del 5,8% interanual. Así, en el acumulado del año, la caída del gasto devengado a precios constantes fue del 26,8% interanual. Esto implica la mayor caída anual desde el comienzo de la serie, en 2016”, según un informe de la consultora Analytica. En la otra columna del balance, en términos reales, los ingresos totales de la administración nacional del ejercicio muestran una caída acumulada del 4,7% (ajustado por inflación).
“Por un lado, la variación de los Ingresos Impositivos en su conjunto se asemeja a la variación del nivel de precios, donde tanto los Derechos de Exportación como el impuesto PAIS resultaron claves para mantener la recaudación en términos reales, compensando las caídas del resto de los tributos”, señala el documento de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP).
El Gobierno se jacta de haber ajustado a la “política”, mientras eliminó impuestos a las patronales y la clase media alta, mientas elevó o reintrodujo gravámenes a trabajadores (como Ganancias) y ahogó a las provincias con recortes de financiamiento. En simultáneo redujo subsidios en transporte y servicios de energía, que pegan con mayor crudeza en los hogares de menores ingresos. Derogó ampliación de partidas en Salud y Educación y vetó una mejora en las jubilaciones. En otras palabras, nada de casta en el primer año.
Entre las partidas devengadas con mayores ajustes reales respecto de diciembre de 2023, cuando asumió el gobierno de La Libertad Avanza figuran las transferencias a las provincias (-68,5 %), los subsidios económicos (-61%) y el gasto en programas sociales (-47,2%).
Por otro lado, se registraron en diciembre aumentos reales en el gasto en bienes y servicios (58,8%), en asignaciones familiares y Asignación Universal por Hijo (47,6%) y en jubilaciones y pensiones (20,3%), siendo este último el más relevante ya que implicó el 47% del total del gasto primario. Más allá de la leve recuperación que tuvieron las jubilaciones y pensiones en diciembre, en el año acumularon una caída de 14% contra todo el 2023.
“En el año, las partidas con mayor ajuste real fueron las de obra pública (-76,5%) y las transferencias corrientes a las provincias (-68,6%). Por otro lado, la caída del gasto en jubilaciones, pensiones y PAMI (-12,5%) explica cerca de la quinta parte del ajuste total”, señala el documento de Analytica.
Como resultado, en el último año la pobreza entre los jubilados en Argentina se duplicó. Según un estudio de los investigadores Eduardo Chávez Molina (del Instituto Gino Germani, UBA y Universidad de Mar del Plata), José Rodríguez de la Fuente (del CONICET y el Instituto Gino Germani) y Mariana Sosa (del CONICET), la tasa de pobreza en este grupo etario pasó del 13,2% en el primer semestre de 2023 al 30,8% en el mismo período de 2024, un aumento de 17,6 puntos porcentuales.
“Este dato muestra que 1 de cada 3 jubilados vive en condiciones de pobreza, y que en el último año más de medio millón de jubilados (542 mil personas) se sumaron a esta situación”, destaca la investigación.