Mientras la mayoría de los líderes mundiales asistirán a la asunción del nuevo Papa —que se celebrará el próximo domingo—, el expresidente estadounidense Donald Trump decidió no participar del evento. La razón: su desacuerdo con las posturas del nuevo Sumo Pontífice respecto a las deportaciones de migrantes. En su lugar, enviará al vicepresidente JS Vance y al secretario de Estado, Marco Rubio.
Fiel a su alineamiento ideológico con Trump, el presidente argentino Javier Milei también resolvió no asistir a la ceremonia en el Vaticano. En su representación viajarán el canciller Gerardo Werthein y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello.
Lamentable.