El peronismo realizará esta tarde un homenaje en la sede del PJ a los fusilados por la autodenominada Revolución Libertadora en 1956, historia magistralmente narrada por Rodolfo Walsh en Operación Masacre. Cristina Fernández de Kirchner, presidenta del Partido Justicialista, anunció que participará del acto, en momentos en que se espera una decisión de la Corte Suprema sobre su eventual proscripción para participar en las elecciones del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires.
El poder económico —representado por Héctor Magnetto, Paolo Rocca, Luis Pagani y otros integrantes de la AEA—, con el respaldo de los medios hegemónicos, estaría presionando en las últimas horas para que la Corte avance con una condena contra Cristina. El objetivo es impedir que cualquier representante del campo nacional y popular pueda defender los intereses de los sectores más humildes.
Cristina confirmó su presencia en el acto, enmarcándolo en el Día de la Resistencia Peronista: “Hoy a la tarde nos vemos en la sede del Partido Justicialista. Vamos a homenajear a las víctimas de los fusilamientos de José León Suárez en este Día de la Resistencia Peronista”, escribió en su cuenta de X poco antes del mediodía.
El encuentro, convocado con carácter urgente, buscará delinear una estrategia común ante la posible confirmación de la condena judicial. Según trascendidos, el fallo de la Corte Suprema sobre la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua estaría próximo.
El diputado Leopoldo Moreau advirtió este domingo: “Los apurados dentro y fuera del Poder Judicial quieren que este recurso se resuelva en menos de dos meses y medio. No nos tomen más el pelo ni actúen con hipocresía. Están jugando con fuego. Quieren tomar una decisión política disfrazada de jurídica, pero no engañan a nadie”.
El senador Oscar Parrilli se sumó a las críticas: “Hay una gran bronca en la militancia y una necesidad de manifestarse. No va a ser silenciosa la respuesta si deciden pronunciarse los tres monigotes de la Corte. Gran parte de la sociedad argentina no se va a quedar mirándola por televisión”.
El titular de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella, también salió a respaldar a CFK: “¿Qué duda cabe de que van a tratar de meterla presa con tal de que no siga representando la defensa del Pueblo contra los intereses de las corporaciones? Donde esté y como sea, Cristina es y seguirá siendo la líder popular más importante del presente y del futuro”.
Por su parte, Mario “Paco” Manrique (SMATA), Abel Furlán (UOM) y Daniel Catalano (ATE Capital) advirtieron que sus gremios convocarán paros si la expresidenta es detenida o proscripta. El panorama anticipa un escenario de creciente conflictividad, con movilizaciones en carpeta y fuertes mensajes al Poder Judicial.
El reciente cierre del Instituto Juan Domingo Perón en Recoleta —y su posterior ocupación simbólica por parte de Juan Grabois— también forma parte del contexto de agitación. Ese espacio, que albergaba incluso un restaurante cooperativo, fue visto como símbolo del vaciamiento del legado peronista.
Los fusilados del ‘56
El 9 de junio de 1956, un grupo de militares, apoyado por algunos dirigentes gremiales, protagonizó un frágil levantamiento armado contra la dictadura de Aramburu. El régimen respondió con represión brutal y ordenó fusilar no solo a los jefes militares, sino también a civiles sin juicio previo. Muchos de ellos fueron asesinados clandestinamente en los basurales de José León Suárez. Para muchos historiadores, ese día marcó el inicio de la violencia política sistemática en la Argentina contemporánea.
A pesar de que el Consejo de Guerra había resuelto que no habría pena de muerte, el general Aramburu ordenó 27 fusilamientos. Uno de ellos fue el del general Juan José Valle, líder del levantamiento, quien dejó una carta estremecedora a su verdugo: “Dentro de pocas horas usted tendrá la satisfacción de haberme asesinado. […] Nos faltó astucia para adivinar la treta. Así se explica que nos esperaran en los cuarteles, que avanzaran los tanques, que oficiales comprometidos encabezaran la represión. Con fusilarme a mí bastaba. Pero no, ustedes quisieron escarmentar al pueblo, vengarse del fracaso, y desahogar su odio. De aquí esta inconcebible y monstruosa ola de asesinatos”.
Desde su exilio, Juan Domingo Perón expresó: “El peronismo se ha llenado de mártires, y entre ellos no hay un solo hombre que pueda ser llamado asesino, como sí podemos llamar con razón a nuestros enemigos. La sangre generosa de estos compañeros será siempre el pedestal de Abel, que los seguirá hasta su tumba, llenándolos de remordimiento y de vergüenza”.
📌 Recomendado: el podcast de La Patria Sublevada:
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