Mientras el presidente Javier Milei, con el respaldo del establishment económico y los medios hegemónicos, intenta vender la idea de que “en unos años los argentinos podremos viajar a Estados Unidos sin visa”, la realidad es que la mayoría de la población no llega a fin de mes. Inflación descontrolada, suba en los alimentos, salarios de miseria y un desprecio brutal hacia los jubilados marcan el presente. A ellos les niega un aumento mientras entrega beneficios millonarios a los grandes terratenientes de la Sociedad Rural.
En la apertura de la Rural, Milei tildó de “degenerados fiscales” a los legisladores que votaron un modesto incremento para las jubilaciones mínimas y, en paralelo, anunció una baja de retenciones para los grandes productores de soja. “No son más que genocidas del futuro, asesinos de nuestros hijos, nuestros pobres y nuestros indefensos, que con tal de rasquetear un puñado de votos hoy son capaces de condenar a generaciones futuras enteras a la miseria”, lanzó el presidente frente a los empresarios del campo”, afirmó.
Sin embargo, un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) reveló que la reducción parcial de derechos de exportación anunciada por Milei representa el 0,2% del PBI, el mismo porcentaje que costaría otorgar el aumento del 7,2% a los jubilados sancionado por el Senado. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, la equivalencia es exacta: el Gobierno podría no vetar el incremento a los abuelos y, a cambio, no beneficiar a un sector acomodado como el agro. La elección de Milei es clara: gobernar solo para los ricos.
Córdoba marca el contraste
Mientras tanto, en la otra punta de la política, el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, anunció un aumento del 84,21% en las jubilaciones mínimas y la creación de un bono bimensual de $100.000 para quienes perciban hasta $1.300.000. Con esta medida, la mínima provincial pasa de $380.000 a $700.000 mensuales.
Además, Llaryora complementó el anuncio con una rebaja a cero del impuesto a los ingresos brutos para empresas logísticas, buscando reducir en un 25% los costos de la logística interna y mejorar la competitividad de Córdoba en comercio exterior. Un gesto de gestión que contrasta con la política de ajuste nacional.